—Por favor, Fiorella —me susurró Mohamed en la puerta del cuarto donde tenía mis pinturas. Cuando Ray y SiSi sacaron todo lo que había aquí y lo subieron al camión que trajo uno de los hombres de Sawyer. Mohamed me retuvo en el cuarto cerrando la puerta con seguridad. —Fiorella voy a tirar esta puerta —gritaba SiSi. —No, SiSi —la tranquilice—. Ya casi salgo. —Un grito y estoy contigo —me respondió. Mohamed me dio una mirada que ese no era el plan. —Mohamed déjame ir —le dije furiosa. Luego me crucé de brazos—. No vamos a seguir. Entienda de una vez que no hay más nada. Me fallaste y te burlaste de mí no sé por cuánto tiempo. —No digas eso —dio un paso hacia mí y yo retrocedí —. No hagas eso que me duele Fiorella —se pasa la mano por su cabello —. Merezco todo esto. Pero también m