Sawyer Al levantarme de una vez me doy cuenta de que Fiorella huyó. ¿Cómo me sentí? Con ganas de matarla, claro. No por ser usado, si no por no despedirse de mí. Algo me llama la atención y es que mientras la estaba disfrutando no se dio cuenta le quité su estúpido anillo de matrimonio y eso me hizo sonreír. Me siento feliz saber que anda por ahí sin su anillo y caigo en cuenta, que, si anda sin el anillo, los malditos hombres caerán como unos leones hambrientos. Gruñí. Necesito saber dónde está y eso lo conseguiré con mi dulce hermana. Me levanto de un salto y reviso mi teléfono y veo las mil llamadas de mi hermana y sonreí, la siguiente no me gustó mucho la verdad. Ya resolveré después eso. Me doy una ducha y dejo que los recuerdos de mi dulce ricitos de oro lleguen a mi mente. Salgo s