¿Ahora qué voy hacer? empeoré las cosas, en vez de empezar a arreglarlas se supone que Robert terminaría arrastrado hasta mí, pero no mi papá lo que hizo fue aprovechar para sacarlo de mí. Yo jamás le prestaré atención a uno de los empresarios que él quiere que terminen siendo mi esposo, porque elegí fue a Robert y él tiene que afrontar todo lo que implica ser mío nada más.
—Xiomara deja de ser como una niña, esas pataletas no se te ven para nada bien mi amor; más adelante cuando madures vas a ver que todo cambia —mi papá habla, él solo me está dando unos pañitos de agua tibia que ni siquiera le estoy pidiendo.
—Sé muy bien que mi relación con Robert no es para nada perfecta, pero tú no tienes que decidir nada por mí. —Le doy un golpe a la puerta, tengo bastantes nudos que no me dejan seguir, no tengo ánimos para pensar en cómo recuperarlo.
Robert ya no va a caer en mi seducción, porque atractiva no le parezco, él solo tiene ojos ahora para esa maldita desgraciada que nos quiere separar.
—Es que simplemente dejó de existir hace mucho, hija, nosotros como tus papás por eso te hablábamos, pero siempre te hiciste la sorda, antes Robert te ha tenido demasiada paciencia. —Siento como él empuja la puerta, no puedo permitir que él venga aquí.
—No quiero que vengas aquí, en verdad me estás estorbando. —Me acomodo de espalda—. Si vas a venir a imponerte ante mí, primero tienes que pasar sobre mí, yo creía que era tu princesa, pero ahora solo confirmo que no lo soy.
—Eso no lo digas ni siquiera de broma, porque tú eres mi vida entera y eso no lo tengo que discutir con nadie. Déjame entrar solo quiero escucharte —sé que los ruegos que se escuchan de mi papá son falsos, pero igual darle una oportunidad lo voy hacer. Abro la puerta y él entra con su ceño fruncido.
—¡Ahora no me digas que deseas dar consejos de padre! Porque en verdad todos los tuyos los alcanzo a detestar. —Doy la espalda, sé que mi papá funcionará por medio de manipulación, siendo así yo también puedo llegar a ser mucho más inteligente que él.
—Xiomara, Robert jamás llegará a nuestro nivel. Existen diferencias de clases sociales. —Él me sienta a la fuerza a su lado, siento como con sus manos me alcanza a lastimar.
—Para mí nada de eso será nunca, yo a él lo amo y eso cambio no tiene. —Agarro mi brazo lastimado y él me consiente, odio cuando justifica todo lo que hace, de hecho, así mismo hace con mi mamá.
—Eres tan terca, por eso seré directo hija, si continúas con esa maldita idea yo me encargaré de destruirle la vida a Robert. No creo quieras como prototipo de pareja un hombre fracasado. —Mi papá me amenaza, de hecho, eso me anima mucho más a continuar.
—¡No lo soy! son luchas que se tienen para llegar a amar de verdad, pero tú qué vas a saber de eso si te la pasas con una y otra mujer, porque, aunque tienes a tu esposa te encanta las aventuras sé muy bien que Robert no es así. Es por eso que lo elegí a él por ser tan diferente a ti, en cambio con tus protegidos simplemente tendría una copia tuya y no me gustaría para mi corazón; si tú en realidad me quieres no deberías quitarme las esperanzas que tengo puestas. —Me da favor saber que mi vida puede cambiar, no puedo tener dudas de mi relación.
—Parece que te haces la bruta hija, no me gusta decirte así porque eres mi hija, pero en verdad lo estás siendo —mi papá dice.
—Cada conversación que se tiene contigo, debe tener una parte de machismo ya uno se acostumbra sabes. —Lo observo, sé que mi papá hubiera preferido tener un hijo, pero el destino lo castigó conmigo.
—Xiomara, tienes que alejarte de él; mi niña si necesitas un refugio para olvidarte de ese capricho tan desagradable que mantuviste, no me importara gastar hasta una fortuna, pagándote la universidad más costosa fuera del país. —Él saca su chequera, tiene bastante dinero y sé que con una gran parte podría cambiar cosas de Robert y él me agradecería con su compañía.
—Si voy a tener dinero lo quiero compartir con el hombre que amo, si eso es joderte no me importara. Así tú le digas que él es mediocre y que será mantenido porque sí es a lo que me toca llegar a ese extremo todo para que él me acepte como su mujer, lo haré, es que tú nunca me vas a entender porque no te puedes colocar en mis zapatos — gritó, sé que mis palabras me hacen ver como una estúpida y es que así me siento.
—Xiomara no digas cosas que te van a hacer arrepentirte más adelante, no te das cuenta que un simple mueble es al que intentas pedirle cariño, el cual no te va a ofrecer nada. —Él rechina sus dientes de la rabia que tiene.
—Pues de esa manera es que tú ves a mi mamá y mira tantos años que llevan juntos, Robert tiene muchos vacíos en su corazón por eso le cuesta confiar en el amor y eso es obvio que por eso es —hablo, lastimosamente no le he dado todo de mí a Robert, pero yo sé que ya llegará nuestro instante para disfrutar.
—Voy a decir cosas sensatas porque son las que te enseñarán, hay distintos caminos y tú estás tomando él más difícil, sabiendo que todo lo tienes comprado hija por tener mi sangre, debes saberlo aprovechar. —Mi papá sonríe, me gusta saber eso, pero no que él se sienta de maravilla al manejarme, como un esclavo más.
—Todo eso lo sé papá, sabes que mejor vete a descansar y déjame a mí, porque ni sueño tengo. Yo sabré cómo quedarme en vela, mientras mi alma se está pudriendo por dentro, porque lo único que la revive son los besos de Robert. —Llevo mi mano directamente a tocar mis labios, pero él me la quita y la aprieta por unos cuantos segundos.
—Yo te quiero hija, voy a continuar con lo que te iba a decir. En realidad, donde estudias no es suficiente para ti, así que piensa en tu futuro mejor. Me encantaría que te fueras del país a una mejor universidad, además puede que haya conozcas a un hombre que sí sea merecedor y que no tenga condiciones, para que la sociedad lo pueda ver como tu esposo, porque recuerda que siempre vas a ser la mano derecha de ese hombre cuando llegues a casarte y con Robert, el matrimonio cada día se coloca más lejano, pero ahora que él te dejo es imposible que llegue de nuevo a ti. —Él está afanado, buscando que solamente yo tenga desprecios. Mi papá se coloca de pie y sale de la recámara.
Mi papá deja una incógnita donde no me explicó qué será lo que ahora pasará.