Capítulo 21:Se está volviendo lo más importante

1055 Words
Mi rostro sé que solo expresa lo que me conviene, eso es exactamente dolor. Robert corre y apenas siento, como las manos de Xiomara se van aflojando. —¡Qué te pasa Xiomara! —Robert grita, mientras que todos los chismosos vienen hacia aquí; nada puede desarrollarse de una mejor manera. —Mi amor fue ella la culpable, tú no te imaginas todas las provocaciones que produce; deberías aprovechar este instante para frenar todo con ella —Xiomara dice, es una lástima porque la muy estúpida aún está guardando muchas ilusiones. —Por si no lo recuerdas tú eras la que estaba lastimando, no te voy a decir nada delante de estas personas, simplemente por tener respeto hacia ti Xiomara. —Robert está cruzado de brazos, sin embargo, sería una tonta sino aprovechó la oportunidad que él me está dando, es por eso que voy y me refugio en sus brazos. —Mira nada más está arrastrada como se hace la lastimada, es una igualada que solo me está robando tu amor y tú se lo estás permitiendo; Robert me decepciona demasiado, soy yo la que he estado en los momentos difíciles. —Ella intenta agarrarle la mano a Robert, pero la mía llega primero, de hecho, él nuevamente está dejando que sea yo esa mujer que elige, me encanta que haga eso, aunque me asusta demasiado que se esté enamorando, pero por lo menos puedo callarle la boca a la estúpida de Xiomara. —Parece que estás acostumbrada a no tener consecuencias, por lo menos pide una disculpa Xiomara, sé muy bien que con la nobleza que tiene en el corazón Alison va a aceptar —Robert no deja de exaltar en mí unas cualidades que sé muy bien que no existen. —No sé esa mujer cómo te está convenciendo. —Xiomara está prácticamente a punto de llorar. —Porque siempre tienes que pensar de la peor manera Xiomara, sabes muy bien que en algún instante me daré una oportunidad con otra mujer. Solo espero que logres aceptar las cosas y pases la página de la relación que tuvimos tú y yo, porque jamás volverá a ser lo mismo y tampoco pretendo que me veas como el hombre que te destruyó. —Robert está sacando valentía, sus expresiones lo demuestran, me encanta que se vea tan hombre, porque precisamente así lo necesito. —Te suplico que todas esas cosas las omitas conmigo, porque jamás voy a aceptar que te perderé. Robert pensé que luego de lo que habías visto tu corazón había cambiado, sin embargo, solamente me equivoqué porque ya no eres noble. —Xiomara inclina su mirada hacia mí. —Xiomara ya es suficiente —dice Robert. —Lo mejor es que me aleje de aquí —digo estando bastante indignada, puesto que en realidad así me siento. —No tienes que hacer eso Alison. —Robert busca detenerme con una pequeña caricia que me da sobre mi brazo. —¡Si, que se largue mejor! —Xiomara está atenta a Robert, pero sé que con sólo mi mirada él olvida todo. —Sabes que, si ella hará eso, pero conmigo. —Siento como Robert me agarra su mano y alcanza a entrelazar unos cuantos dedos, yo solo trato de igualar su paso, puesto que mucha prisa por escapar de su verdad si tiene. —Yo creo que ya podemos parar —hablo y él completamente fatigado me contesta. —Sí, es cierto, pero tengo rabia por permitir tanto contra ti —dice Robert. —Simplemente te has comportado como un caballero, antes es complicado no sentir que te necesito tal y como jamás me ha sucedido con alguien. —Lo llevo directamente a uno de los salones que están desocupados. —No puedo creer que sea tan afortunado por tenerte como amiga, aunque sabes que desde que te encontré en mi camino todo lo quiero cambiar, sencillamente porque presiento que me faltas tu para todo. —Él camina entre las sillas. —Yo también estoy comprendiendo exactamente lo mismo, de repente siento que tus labios son los culpables de todo; evidentemente porque a veces no me aguanto las ganas de besarte —digo siendo honesta, porque, aunque en mi vida Robert no funcionaría en mi corazón hasta el aliento lo perdería por él. —Esto parece una locura, porque tú te inclinas mucho más por los chicos malos. Alison eres consciente de que yo solo soy un aburrido que quiere protegerte. —Él llega hasta aquí caminando seguro, aunque sólo está pisando en falso tal y como yo lo debo estar haciendo por distraerme con él. —Sí, sabes que mejor me voy a perder el tiempo con alguno. —Doy media vuelta y siento una de las manos de Robert rozando mi cuello. —Tienes exactamente la suavidad de un terciopelo —habla él susurrado, volteo mi cuerpo para verlo de frente. —¿Qué buscas de mí? —pregunto con temor, es raro sentir que soy importante para un hombre, pero sobre todo que no sea por tener sexo. —Mucho, yo sé muy bien que no eres perfecta, sin embargo, así te ven mis ojos —él lo dice con ganas de gritar, yo solo muevo mi mano, jamás me avergonzaría de Robert, aunque en mis planes con Emiliano, él no cabe. —Yo tal vez me estoy enamorando —digo las palabras que debería por compasión callar. —Sé que lo estás haciendo. —Él acomoda su cabeza de medio lado para besar mi cuello, pero lo está haciendo con velocidad, dejando plasmada su saliva la cual mi piel solo está succionando. —Quiero que nunca se te acabe el deseo por mí —expresó sobre el rostro de él. —Crees que podría perder eso por una mujer tan sensual, jamás pasaría porque eres bellísima. Quiero aprender a como no equivocarme, porque lo único que me falta por entregarte precisamente es mi cuerpo. —Robert abre sus ojos, enseñándome que todo de él es mío. —Entonces que las cosas se den, porque yo no tendré golpes de pecho. —Sonrió. Me quedo observando como Robert se quita de primeras su abrigo, mi boca se va abriendo y siento algo extraño como si él fuera mi primer hombre, aunque sé que por mi han pasado muchos.
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