La inquietud que me coloca mi mamá es bastante grande, ella maniobra cualquier cosa por conseguir sus intereses, aunque su rostro lleno de supuesta angustia no me convence en nada; la verdad es que lo he visto miles de veces.
—Sabes que no soporto más tus malditos chantajes —digo bastante fuerte, me encantaría que principalmente me escuché Emiliano; así deja de observarla a ella como si le interesara, de esa manera se enteraría que yo puedo llegar a ser su diosa.
—¿Es decir que pretendes que pase cualquier cosa con mi vida? —ella pregunta siendo dramática.
—No me estoy refiriendo de esa manera, además por si no te das cuenta ya estaba consiguiendo bastante. —Cruzo mis brazos, aun cuando para ella es lo menos importante.
—Alison sé muy bien que soy lo más importante para ti, precisamente tú también lo eres para mí. Solo necesito que tengas intimidad por una noche con un hombre, no te estoy solicitando algo del otro mundo solo cierra los ojos e imagínate que él es Robert. —Ella solo me está rogando, mi mamá tiembla con sus manos que trata de hacer que yo las vea.
—Te juro que estoy agotada de hacerte ese tipo de favores, absolutamente todo lo quieres pagar conmigo. Debería ser como la mayoría de las mamás, que protegen a toda costa a sus hijos, pero eso en ti jamás va a existir —hablo desanimada, por instantes siento que todo el afecto que ella no me ha entregado siempre me faltará.
—Como siempre eres una desagradecida Alison, solamente te das cuenta de las cosas que te convienen. Nada del otro mundo te estoy pidiendo, precisamente es lo que haces con los hombres, a los cuales los dejas en la calle porque a ese límite llegaras hasta con Emiliano todo por su fortuna, solo piensa que es simplemente tener sexo. —Ella me agarra las mejillas con sus dos manos, para nada le conviene que me distraiga evidentemente.
—¿Dónde se supone que tengo que ir? Créeme que será lo último que hago por ti, porque para nada es entretenido tener unas manos asquerosas sobre mi cuerpo. —Estiro mi mano y acepto un papel.
—Estaré muy agradecida contigo Alison. —Ella camina hasta la puerta y sale, los ojos de Emiliano se nublan tanto que hasta olvida que estoy aquí, todo por centrarse en ella, salgo yo del salón y Emiliano me deja como lo más insignificante, tal parece que para él aún soy invisible.
Continúo con mi camino, pero cuando me doy cuenta que viene hacia mí Xiomara trato de devolverme, no soy para la inmadurez de esa mujer.
—Ahora si es una cobarde, claro como no está respaldada por mi novio. Definitivamente que todos en la universidad se deberían enterar de lo que usted hace, para ganar una mejor nota es que cuando la inteligencia es precisamente lo que más le falta. —Xiomara se ríe, me molesta tanto ella, porque cada vez sus ofensas son mayores.
—No comprendo que se está imaginando y la verdad no me interesa, solo le doy el consejo de que empiece a hacer su vida, ya que por envidia lo puede estar perdiendo todo —hablo murmurado, porque siempre será mejor que yo parezca la afectada por la culpa de Xiomara.
—Nunca sentiré eso por una pobretona, porque, aunque intenta aparentar tanto, sé muy bien que usted viene de una familia insignificante. —Ella me está humillando, en verdad trato de que no me afecte, sin embargo, lo está logrando.
—Parece que usted se fija mucho en eso ¿Entonces por cuál motivo está con Robert? definitivamente que el amor nos vuelve a todas ciegas, porque exactamente yo estoy igual por él. —Sonrió, aun cuando no me sienta bien nunca se lo demostraré a ella.
—Escúcheme muy bien usted no me lo va a quitar ¡además Robert no tiene dinero! —ella dice.
—Eso para mí no siempre es un impedimento, también necesito caricias verdaderas y obviamente Robert no me negará ni una sola. Por si no se ha dado cuenta; yo soy el motivo por el que la dejó y de hecho siempre seré lo más importante para él. —Sacudo mi cabello hacia atrás, tan complicado para ella es entender que ya la sacaron de los planes.
—Está completamente loca, para qué demonios ilusiona a un hombre que jamás le será suficiente. En realidad, nada bueno se podría esperar de usted, porque de repente empieza a cambiar sus gustos. —Xiomara sonríe de medio lado, ahora solo tengo que hacerle medir las palabras porque como sea tendrá que controlar su lengua, mi imagen delante de todos no permitiré que la dañe.
—¿No sé de qué habla? sabe que mejor ahórrese todas las explicaciones que me piensa dar, porque la mayoría se ha dado cuenta como busca sofocar al profesor Emiliano; seguramente es por el dinero ¡Porque usted es una ambiciosa! —Xiomara está exclamando lo más alto que puede, buscando dejarme en ridículo delante de todos.
—Puede que sí porque no lo puedo negar —hablo con descaro para producirle mucha más rabia.
—Jamás había conocido una mujer tan fácil —ella grita.
—Puedo ser la peor de todas, pero Robert solo bota saliva por mí, tal parece que las santas del todo no le gustan. —Giro mi cuerpo dejándola a ella hablando sola, cuando siento es que ella lanza su mano hacia mi cabeza y solo la lleva hacia ella al jalar mi cabellera.
—Yo también así que no haga que toda mi maldad termine por salir a la luz, porque en realidad estoy que estallo —ella me está murmurando al oído, me doy cuenta que viene Robert y tal parece que Xiomara no lo ve, así que mejor estrategia que parecer una víctima no podría tener yo.