Robert
Ya estoy agotado de tanto caminar, jamás me había sentido tan humillado, aunque esto no me lo esperara me tranquiliza que hubiera pasado. Miro hacia un lado y veo a Alison, definitivamente que sí debo estar alucinando, sería una maravilla tenerla siempre ante mis ojos.
—Aunque intentes no brillar como el sol, definitivamente es algo imposible —digo, llegando hasta donde está Alison.
—Qué palabras tan bonitas. —Ella gira para verme—. Sabía que esas palabras sólo podían salir de ti Robert, es una coincidencia que nos encontremos en todo lado, pero ¿Te pasa algo? —ella me pregunta, no puedo ocultar que estoy desanimado.
—Solo problemas estoy teniendo, tal parece que sentirme vacío es mi estado natural. Pero no te voy a enloquecer con mis cosas, porque no mereces nada malo, en cambio yo ya me acostumbré a que me desplome —digo, pero luego me doy cuenta que tal vez solo estoy provocando lástima.
—Me imagino que es por tu novia, es que ella es bastante inmadura. —Alison levanta sus cejas, sé que las dos se detestan pues son polos opuestos, por alguna razón me llama más la atención la picardía de Alison.
—Sí, bueno la verdad es que ya no somos nada. —Siento como puedo respirar bien al decir eso.
—Esa es una buena noticia. —Ella me sonríe.
—No lo sé aún. —Me quedo como un bobo mirándola, percibiendo que mi corazón aun todavía puede estar preparado para amar.
—Con esa mujer tan prepotente, Robert tu eres muy guapo para ella. —Alison me coquetea y me gusta que lo haga, quizás parezco algo iluso al sonrojarme, pero es complicado no hacerlo.
—Gracias, aunque no entiendo como tu novio te deja sola. —Sin darme cuenta termino bien cerca de ella, solo para hablarle y sentir más su fragancia.
—No tengo, desde hace mucho, estoy todavía en búsqueda del amor perfecto. —Ella se ríe y esa sonrisa la quiero siempre tener en la memoria.
—Qué bueno escuchar eso de ti, es lo mejor para no sufrir porque uno suele solo cometer errores. —Trato de mirarla, pero ella se transforma y mira hacia otro lugar.
—Tengo que marcharme a mi casa —ella dice, siento que Alison apareció en mi vida en el momento adecuado.
—¡Yo te puedo llevar! —Estoy esperando, yo solo quiero no ser rechazado por ella.
—Sí, aunque te advierto que vivo en un sitio demasiado humilde —ella habla apenada, no entiendo porque lo debe estar.
—Lo material jamás será lo importante —hablo, empezamos a caminar y yo agarro una flor de un jardín y se la entregó a ella, Alison la huele y me sonríe, yo quiero que nunca lo deje de hacer.
—Debe ser fabuloso tener a un hombre como tú. —Ella se acerca y me besó muy cerca de mi boca.
—Solamente con esto ya empezaste a iluminar todo mi día Alison, —entramos a la casa de ella, Alison me lleva directamente hacia su habitación, es algo extraño porque todo lo que ella tiene son joyas lujosas, en verdad, no me quiero meter en su vida, aunque me de intriga.
—Es complicado no rendirse ante un hombre como tú Robert, pero estas diseñado para otra clase de mujeres. —Ella está consintiendo mi mentón, entonces no entiendo actúa de una manera cariñosa para luego estrellarme, contra el suelo.
—De hecho, para cualquiera siempre y cuando exista un gusto de por medio, todos los que se enamoran podrán estar unidos para mí, sí sería una debilidad no mirar a los ojos a la mujer que me gusta, porque yo sí estoy creyendo en el amor a primera vista, ya me liberé de las culpas y estoy dispuesto a empezar de nuevo crear una historia disfrutando hasta lo máximo. —Doy unas pistas, para que Alison se dé cuenta que me está haciendo producir algo diferente, algo hermoso por lo cual cambiaría todo de mí con tal de tenerla.
—Sabes que hay mujeres que constantemente van a ser señaladas y una de esas soy yo. Robert si me estoy metiendo en tu cabeza, sácame de una vez porque tú también te estás metiendo en la mía —ella dice algo que me empieza a dar esperanza.
—Sabía que me ibas a decir eso, algo en mí adentro del corazón me lo hacía presentir, pero no me puedes pedir eso porque quiero que hagas parte de mi vida y ahora que sé que te puedo tener no te voy a perder tan pronto, sabes qué con gusto te digo que no tienes razón ni nada Alison, porque no hay condiciones para amar solo es sentir. —Sé que mi tiempo no está perdido eso lo estoy sintiendo.
—Sé que no debía haberte dicho nada, deberías volver a intentar las cosas con Xiomara —ella me está dando los consejos que no le estoy pidiendo y por supuesto que no los voy a aceptar, porque sus ojos no me dicen eso y sus labios parece que tuvieran un imán que quisieran pegarse a los míos.
—Pero ya lo hiciste a Alison y negar las cosas no hará que yo dejé de sentir, es que tú no eres mi amiga porque como eso no te quiero, yo deseo que seas mi novia sé que debo respetarte y jamás te sentirás obligada con algo conmigo. —Le acomodo su cabello, intentó darle un beso sé que los dos queremos, pero lo estoy dudando porque ella me esquiva.
—Es que no entiendes que tú y yo jamás —ella me grita.
—¿Por qué Alison? Si es miedo el que tienes de enamorarte te juro que yo no te haré nunca sufrir, sí desde que te vi me dieron ganas de entregar hasta mi vida por ti —terminó rogando con mis palabras, es la primera vez que lo hago por una mujer.
—Jamás sería de mi parte temor, es que eso no siento por nada, es simplemente que tú no eres suficiente para mí, yo necesito un hombre que me saque de esta maldita pobreza que tengo y sabes qué, aunque me toque esconder que me gustas tú, no eres el que yo escogería, perdóname Robert por ser tan tonta. —Ella se coloca de pie, no quiere ver lo mucho que me está doliendo, pero si no tengo espacio para otra mujer.