PRÒLOGO

1857 Words
SANTINO LEWIS DOS AÑOS ANTES… -¿y qué quieres que yo haga? que me ponga un maldito tutu y baile para ellos- salgo del auto completamente molesto. Enciendo un cigarro y me detengo a aspirar el sabor del vicio que un día me va a mandar al infierno. Si no me mata un enemigo de seguro lo hará esta sustancia. -entiéndelo Lewis, pidieron bailarinas exóticas y sabes que…- frunzo el ceño y me volteo observando a Matteo actual subjefe de la mafia Italiana. A mis 27 años me convertí en la cabeza principal de mi organización y aunque para mucho mi puesto fue regalado. En más de una ocasión he demostrado que estoy donde estoy porque no me tiemblan las manos al momento de querer obtener lo que quiero. La muerte de mi propio padre lo confirma. -me estás escuchando- Matteo chasquea los dedos un par de veces. Miro en su dirección. -el tratado se dará- digo para su alivio. Asiente tomando su celular. -Pero sin putas de por medio. Si tanto es su afán de follar, que hagan una orgía entre ellos- tiro la colilla al suelo y empiezo avanzar hacia el bar que me recomendó Giuseppe Lewis, mi tío. Un hijo de puta que también tiene los días contados, pero lo necesito. Por ahora. Abren las puertas doradas y sonrío de lado al encontrarme con una estructura sacada de algún lugar Griego. Las meseras visten trajes blancos con algún adorno en la cabeza. Van descalzas. Las prendas se ciñen a su cuerpo y es evidente que tras esa tela no hay nada mas que un buen coño y tetas. Las risas no se hacen esperar. El lugar es un prostíbulo, con lujo pero un prostíbulo después de todo. Camino entre las mujeres que se percatan de mi presencia. Ignoro a todas y me siento en la barra más alejada. -Vodka- respiro profundo y trato de relajarme. El maldito dolor de cabeza vuelve a aparecer y solo cuando eso sucede recuerdo el rostro de mi padre. Tendido en el piso, cubierto de sangre, y luego estoy yo. Empuñando el arma que se siente como un fierro caliente en mi manos. Gritos, llantos todo eso se mezcla y… -con ustedes Greta..- la lluvia de aplausos no se hace esperar y estoy a punto de mandar todo al carajo pero cuando una dulce melodía se extiende por el lugar yo.. Una sensación extraña estruja mi pecho y la melodía crece más haciendo que todos los nudos que cargo dentro empiecen a soltarse. Levanto la cabeza y observo como la atención de todos está en la solista. Su canto parece como el de una sirena que hipnotiza a todo aquel que lo oye. La melodía crece con más fuerza y aunque parezca una canción de amor noto la tristeza en cada palabra. Me miro en el espejo de la barra. Mis pupilas están completamente dilatadas. Mi respiración es irregular, cuando quiero voltearme para observar a la diosa de dulce melodía una mano toca mi hombro y es allí cuando veo a Matteo con el celular en la mano. Mueve la cabeza en señal de negación. -El tratado no se hizo- sonrío y tomo el segundo trago de la noche. -entonces que no se lamenten cuando el lago de sangre bañe sus cuerpos- la música se detiene y con eso se pone fin a la noche de presentaciones. Nuevamente viene la música suave logrando que aquel ruido me enfurezca más. Matteo platica con una mesera que estoy seguro se terminará tirando en el baño. Me pongo de pie dispuesto a quitarme este maldito mal humor. -que suban a una puta a la habitación VIP, no quiero niñitas miedosas, quiero a una verdadera mujer- dejo un par de billetes. Matteo asiente. Empiezo a subir las escaleras pero de repente escucho una voz femenina. -¡yo no quiero! ¡No me puedes hacer esto! No estaba en el contrato- continuo avanzando pero escucho la respuesta de la otra persona. -o lo haces o te largas- sin más avanzo y me encierro en la habitación. Me quito la chaqueta y desabotono la camisa. Me bebo otro trago y cuando creo que me he relajado estampo el objeto en la pared. -¡hijos de perra! Voy a matarlos a todos- bebo de la botella. Un ruido insistente en la puerta me hace avanzar. ¿Acaso estas putas no tienen llave? Furioso me acerco para decirle que mejor se larguen por que no estoy de humor para sexo. El ruido es más insistente. Abro la puerta furioso pero lo que encuentro del otro lado llama mi total atención. La distracción que he estado pidiendo. Trago grueso al ver su rostro y creo que estoy algo borracho porque una mujer así no puede existir de verdad. Su rostro está algo rojo y su mano tiembla al tocar mi pecho. -señor por pavor me podría..- no la dejo terminar por que de un tirón la adentro en la habitación. Cierro la puerta y me limito a observar esos ojos grises que adornan su cara. ¿es real? -así que me atenderás esta noche- sus pupilas se dilatan y me concentro ahora en la respiración de su pecho. Su cuerpo está cubierto por una tela blanca que adorna su figura y el contraste es tan increíble porque casi se pierde con el tono de su piel de porcelana. -señor, no creo que..- llevo un dedo a sus labios pintados de rojo sangre. -¿Eres acaso un fantasma?- espeto deslizando un dedo por su mejilla. -creo que se está equivocando yo..- presiono uno de sus pechos y están tan suaves y redondos que son como masa en mi mano. -espere, yo no vine a lo que usted cree- me separo un poco. Ella rehúye y se queda en medio de la habitación. Con cada paso que da algo dentro de mí crece. -yo no soy una prostituta, solo intentaba huir del hombre con quien me tocó estar y..- Su voz es dulce y envolvente. -entonces estabas a punto de convertirte en una- digo sin más. Es muy bella, eso no lo puedo negar pero ahora que se ha ido la magia puedo volver en mí. -es mejor que te vayas principessa- frunce el ceño. -pero si salgo ese hombre podría..- se detiene y puedo ver como se estremece al imaginar lo que ya intuyo. -si buscabas a un príncipe que salve a la doncella en apuros, te equivocaste de lugar- me recuesto en el gran sillón. Saco el último cigarro que me queda y empiezo a fumar. -eso te matara a futuro- se tapa la nariz. -moriremos en algún momento- digo sin más. Se lleva la mano al pecho y empieza a toser más fuerte. -no seas mimada niña es solo humo- mueve la cabeza y se aleja del lugar. -no soy mimada es solo que..- tose más fuerte. -soy alérgica a ese olor- levanto una ceja a ver que realmente dice la verdad. -entonces lárgate por que no voy a apagar mi cigarro- está por decir algo pero un leve toque en la puerta llama la atención. La extraña se acerca a la puerta y mira a través del agujero y cualquiera diría que ha visto al mismo diablo porque corre lejos del lugar. El toque es más fuerte y mi humor se pudre más. Saco el que arma que tengo y abro. -si- un hombre de gran estatura me observa pero se detiene al ver mi mano. -lo siento señor, pero no ha visto a una mujer rubia de vestido blanco- pero si salgo ese hombre podría. Con que este es el cerdo del cual huía. Me reclino en la puerta y expulso el humo en su cara. -define rubia- -ojos grises, cuerpo de diosa. La compré por unos cuantos dólares y no dejaré de buscarla hasta tenerla en mi cama- frunzo el ceño. Miro hacia dentro de mi cuarto y logro ver a la extraña. Sus ojos se encuentran con los míos y puedo ver el terror. -dicho así puedo tener una imagen de ella pero lastima que no está aqui- me encojo de hombros. -podría pasar y comprobarlo- sonrío de lado. Tiro la colilla al piso. -adelante amigo, hazlo, y será el último lugar que pises- espeto serio. Cualquier rastro de felicidad abandona mi rostro. -mejor la busco por otro lado- cierro la puerta y suspiro. Esta noche no puede estar peor. La extraña hace acto de presencia. -gracias, no se como pagarlo pero..- una idea pasa por mi cabeza. No lo digas Lewis. ¿Qué mas da? -entonces haz conmigo lo que ibas hacer con él- sonrío. Su rostro se distorsiona y en un segundo la tengo enfrente. -eres un maldito cerdo- sonrío. -nunca dije que era bueno- empieza a caminar y se acerca a la puerta. Como el muy hijo de puta que soy hablo. -lo escuchaste verdad. Te está buscando y no se irá hasta conseguirte- se detiene de golpe. Me guardo las manos en los bolsillos y avanzo hacia la diosa de piel de porcelana. -puedo huir- espeta. -¿eso crees?- me planto detrás. Inhalo su aroma a rosas. -lo sé- sonrío. -entonces vete principessa, qué estás esperando- la animo. Presiono una mano en la puerta acorralando su cuerpo. No puedo ver su rostro pero sé que lo está pensando. Te tengo. -si sales, te folla él y si te quedas, te follo yo. Adelante elige- su mano se presiona en la manija. Su cuerpo tiembla y sonrío. Me encanta aprovecharme de las situaciones. No soy conocido por mi bondad. -adelante, elige- la presiono más. Suspira. -si lo hacemos quiero que pagues una suma de dinero al dueño del lugar para que nadie me toque- una risa escapa de mis labios. -¿crees que pagaría tanto dinero por un coño?- me alejo dejando que se largue de una sola vez. Su mano se aferra a mi brazo deteniéndome. -podrás hacerme lo que quieras en lo íntimo esta noche- su agarre es más fuerte. -¿toda la noche?- digo serio. -sola esta noche- levanta la mirada y aquellos ojos grises se intensifican -una noche- asiente. -pero tendrás que pagar una fuerte suma luego de hacerlo- sonrío. Es una oferta muy tentadora. Estoy por dimitir a su oferta pero se quita la prenda que usa dejando al descubierto lo que ya sabía. Tiene el cuerpo de una maldita diosa del olimpo. Mi mandíbula se tensa y mi m/embro se despierta ante tal figura irreal. Pagar unos cuantos dólares por una puta ¿por qué no? -arrodíllate Hera, vas a empezar por probar el néctar de un Dios- en un solo movimiento la tengo frente a mis pantalones. La noche es un evento surreal lleno de pasión y lujuria pero todo lo bueno viene reemplazado por algo malo, porque cuando me despierto a la luz del sol ya no está. Solo una nota en el suelo. -cumpla su promesa Señor- arrugo el papel y me largo del lugar sin dejar un solo centavo. ¿Qué es lo malo que podría pasar?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD