¡No puedes andar con mi hermano!

1323 Words

Soledad abrió, el joven Duque estaba recargado en el umbral de la puerta, sonriendo con esa expresión seductora. —Hola, ¿cómo estás? ¿Puedo pasar? —preguntó con esa voz grave. Soledad no podía decirle que no, ese no era su apartamento, y él era el tío del bebé que esperaba. —Claro, pero el doctor no se encuentra. —Se hizo a un lado. —Pero no vine a ver al imbécil de Cris —refunfuñó—, sino a ti. —La miró de pies a cabeza, ella vestía pantalón de mezclilla azul, camiseta blanca, y deportivos del mismo tono, su cabello estaba suelto, como siempre su rostro no tenía una gota de maquillaje. —¿A mí? —rebatió ella—, pero sí saliste huyendo de mi barrio el otro día. Juan David carcajeó y entró al apartamento. —Te traje helado —comentó y le entregó la bolsa con el bote—, salí de ahí p

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