Entonces así, en medio de besos, caricias, se entregaron uno al otro, los movimientos de Cris al principio fueron acompasados, suaves, pero luego incrementó el ritmo, no fue salvaje, al contrario, fue dulce, intenso, para Soledad fue la mejor experiencia de su vida, por primera vez se sentía amada, y no es que su abuela no le hubiera brindado cariño, pero ella siempre supo que le hacía falta algo más profundo. Para Cris era igual, estuvo rodeado de amor fraternal, pero de una vida solitaria, llena de sexo, fiestas, el hospital y sus pacientes, jamás pensó que una sencilla y humilde muchacha de limpieza, lograría traspasar con su inocencia, sencillez y honestidad todas las barreras que él había impuesto para no enamorarse, pero lo cierto era que Soledad García, lo había desarmado, y su co