Capitulo III. Eliam

1528 Words
Me dirijo hasta el puerto a esperar a la princesa, soy el encargado de dirigir el comité de recibimiento, pero lo que en realidad me mueve es ver si llega Artur, desde el día que la señora me visito no volvió a aparecer y todo parece tan irreal que a veces pienso que fue una visión producto de la resaca que estaba viviendo ese día, sin embargo veo la pequeña joya que me dejo la cual cargo conmigo en un cordón anudado a mi cuello y sentirla contra mi pecho me dice que crea, que es real lo que vi, por eso me ofrecí para dirigir la comitiva para poder salir y evadir la orden de mi padre. Mientras andamos en los pequeños barcos dispuestos para su traslado recuerdo la reprimenda que me lleve luego de la visita de la diosa y que me insistiera en que debía desposar a la princesa, a la mañana siguiente busque a mi padre y a mi hermano para manifestar el cambio de opinión y aceptar la opción de desposarla, sin embargo mi padre me dijo una última frase: - es demasiado tarde. Al día siguiente que echamos a suerte nuestra soltería, mi padre lo llamo a su despacho y le dio honores y títulos que se harían efectivos al momento de dar el sí, sin contar la gran suma de dinero que es parte de la dote enviada por el rey de Éire, así que seguramente mi padre pensó que quería los títulos y el dinero, igual intente hablar con mi hermano, pero el de forma burlona me dijo que no y que ya había hablado con su amante y estaba feliz con su nueva residencia en la ciudad y sus nuevos vestidos comprados con la dote. Un hombre inusualmente alto de cabellos largos tan dorados que toca cambiar la dirección de la mirada, parece que tuviera un halo de luz rodeándolo el cual al observarlo de frente hace arder los ojos, pero curiosamente al acercarse a mí su resplandor se apagó, viéndose insulsamente normal, viéndose como un hombre sin edad con una mirada que parece eterna. Lo curioso es que al encontrarnos el hace una reverencia profunda y me dice: - nisi solis mei regis. - Artur de pie por favor y acompáñame, y ¿que fue eso que me dijo? - Mi príncipe pronto lo sabrá, la diosa Gwyn me ha enviado a servirle. - Disculpa Artur, pero no entiendo mucho, tengo entendido que me dará información. - Sí señor, no tenemos mucho tiempo, debo estar con el sequito. - Entonces no hay tiempo que perder. Nos encargamos de dirigir a los miembros del sequito de la princesa y acomodarlos en los barcos que lo llevaran al palacio, por estar ubicados en pequeñas islas de tierra rodeado por agua, por un lado es una laguna y por el otro tenemos al sagrado Mare, nuestro caminos internos son agua y algunos pasos con puentes y pequeños andenes para caminar, pero la forma más rápida es por los barcos. No logro ver a la princesa, al parecer su dama de compañía la acomoda rápidamente ante el malestar que trae por el viaje de tantos días, ya tendré oportunidad de conocerla; luego de terminar nuestra tarea nosotros dos caminamos en total silencio hasta el bar de Scar, igual es el único lugar seguro que conozco. - Mi príncipe tenemos un poco más de un mes para preparar un barco y emprender el viaje a la tierra de la creación, el tiempo de viaje es incierto, solo los elegidos podrá ver la isla, nadie sabe dónde está ubicada, solo que se debemos navegar hacia el norte, si esta en nosotros la isla aparecerá. - Pero… ¿cuál barco? - Tranquilo, la diosa lo enviara en el momento justo, debemos estar listos porque lo enviara con tripulación y provisiones para nuestro viaje, el poder de la diosa es infinito y cada día es más fuerte, pero su trabajo es hacer que la princesa venga con nosotros, solo usted puede hacerlo. - Y si no lo logramos, si no logro que la princesa emprenda ese viaje con nosotros o aun así no logramos llegar a la isla. - La diosa no renacerá y probablemente la princesa morirá, si no tienen el entrenamiento adecuado su poder la hará estallar, ella aun no lo sabe pero en el momento que la luna llena negra haga su aparición en el cielo, todo el poder de la diosa entrara en su cuerpo y si no está lista su cuerpo no lo soportara y ambas podrían morir, por eso es tan importante llegar a esa isla, y que Lanis haga su trabajo. Me quedo cavilando el trabajo tan difícil que tengo por delante, como voy convencer a la esposa de mi hermano o el peor de los casos raptarla, debo pensar en un plan para hacerla venir conmigo. Cuando el sonido de la puerta abriéndose me saca de mis pensamientos, es Scarlett entrando con una bandeja de comida y bebidas, sin pensarlo me pongo de pie. - Solo les traje algo de comer, tienen mucho tiempo aquí los dos y no habían solicitado nada al bar. - Gracias Scarlett, déjalo sobre la mesa y por favor que nadie nos moleste. - Mi príncipe se le antoja algo más. - me dice con mirada picara mientras hace una reverencia. Camino hasta donde ella está acompañándola a la puerta para asegurarme de cerrarla bien: - no Scarlet, gracias por la comida y por favor te puedes retiras. - Si claro príncipe, yo me retiro, pero primero me regala un beso. Ella tira de mí sacándome al pasillo y me da un beso apasionado, mi cuerpo reacciona y se lo devuelvo, es una mujer hermosa y me provoca, estoy casi sacándolo el vestido cuando escucho un leve carraspeo desde la puerta. - Perdóneme príncipe, pero tenemos mucho que hacer y poco tiempo, como entenderá debo cumplir con mis obligaciones y debo estar en el palacio antes de la cena. Siento el escozor de la vergüenza en el cuerpo, ante la mirada inquisitiva de Artur me despido de mi amante y cabizbajo regreso a la habitación en donde se nos va el tiempo hablando y comiendo lo que Scarlett nos llevó y a quien en más de una ocasión la he pillado espiando; nunca había usado el bar para tener ningún tipo de reuniones, normalmente utilizo el despacho dispuesto por mi padre cuando debo hacer asuntos del reino, los cuales son muy pocos ya que básicamente cumplo las instrucciones de él. Se nos va más tiempo del previsto para cuando regreso al palacio encontrar a mi madre echa una furia por no haber estado durante la cena, sin embargo todos creen que rebeldía de mis parte y que aproveche la oportunidad de dirigir el comité para revolcarme con mi amante la cual la reina carlota, mi madre, odia; sin embargo el trabajo que tengo por delante va a llevar mucho de mí, en especial acercarme a la custodiada princesa del reino de Éire. En los pasillos del palacio escucho que la prometida de mi hermano es una mujer muy hermosa y me da curiosidad de verla, pero me entere que mi madre la confino a su habitación, por lo que no tendré ocasión de verla hasta la boda, y maldigo para mis adentros de haber declinado a la oferta de mi padre. Al día siguiente salgo temprano del palacio de mi padre a buscar a un viejo navegante para que me de orientación sobre el Mare, los peligros de el y como recorrerlo, se me viene el alma a los pies cuando me dice que en los años de viaje jamás ha visto esa isla, que es solo una vieja leyenda, sin embargo le da muchas instrucciones sobre piratas, lugares peligroso y en donde parar por provisiones y a descansar. Cuando termino con él me dirijo al bar a embriagarme y revolcarme con Scarlett, mi cuerpo lo necesita, mañana es la boda de mi hermano y el reino esta en revuelo por los últimos sucesos, porque es una princesa extranjera de un reino enemigo que nos sometió a todos. Cuando voy saliendo del bar muy entrada en la noche me encuentro con Artur, quien me acompaña en mi camino de regreso. - Príncipe, disculpe mi indiscreción, sé que no es mi trabajo decirlo, yo solo soy un guía, pero la señorita Scarlett no me gusta, tiene algo que no me agrada su presencia. Solo asiento, y seguimos caminamos conversando de distintos temas en especial de mi duda de encontrar la isla, a lo que él solo responde que confié, cuando Artur se detiene de golpe mirando hacia una ventana de la cual se asoma una mujer joven muy hermosa, nuestras miradas se cruzan, le guiño el ojo y sigo mi camino. - Príncipe, ¿usted sabe quién es esa mujer? - No Artur, nunca la había visto, es hermosa, es parte del sequito de la princesa. - No señor, ella es la princesa. Volteo a mirar atrás, quiero volver a verla, pero la pesada cortina ya esta corrida y ni rastro de ella.
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