Lirien se acercó a Elian con una mezcla de sorpresa y cautela en su rostro. "Elian, ¿eres tú realmente?" preguntó, como si no pudiera creer lo que veían sus ojos.
Elian asintió, todavía tratando de comprender su nueva realidad. "Sí, soy yo", respondió con voz firme. "Pero algo ha cambiado. Puedo sentirlo".
Lirien se detuvo a pocos pasos de él, estudiándolo con atención. "Tienes... marcas mágicas", dijo, como si estuviera descubriendo un secreto. "¿Qué te ha pasado, Elian?"
Elian respiró profundamente, tratando de organizar sus pensamientos. "Arin me mató", comenzó, la ira y el dolor surgiendo de nuevo en su interior. "Pero algo me trajo de vuelta. Algo me dio estos poderes".
Lirien palideció al escuchar el nombre de Arin, y Elian se dio cuenta de que todavía había sentimientos no resueltos entre ellos. Pero también vio algo más en sus ojos, algo que parecía esperanza.
"¿Qué vas a hacer ahora, Elian?" preguntó Lirien, su voz apenas un susurro.
Elian se encogió de hombros, sintiendo el peso de su venganza y su amor en conflicto. "No lo sé", admitió. "Pero sé que debo hacer algo. No puedo dejar que Arin se salga con la suya".
Lirien asintió lentamente, como si entendiera su dolor y su determinación. "Entonces, te ayudaré", dijo, extendiendo su mano.