Estaba despuntando el sol por el horizonte newyorkino cuando apenas terminaban la última sesión. Era la primera vez que Scott experimentaba el sexo, para Alice fue la primera vez que era tratada como ella quería en la intimidad. Nunca nadie había hecho lo que ella deseaba, y aunque él lo hizo a su manera, quiso complacerla lo mejor que pudo. Aún estaban abrazados y enredados en la cama cuando ella quiso levantarse pero se tambaleó al poner ambos pies en el suelo, cosa que preocupó a Scott. — ¿Estás bien, Alice? ¿Estás lastimada? Las preguntas que formuló Scott a ella le causaron algo de resquemor, pero parecía que para él fue una experiencia de otro mundo, eso la hizo pensar que debía tratarlo con tacto, aunque tampoco debía negar que la noche fue intensa y ella recibió más de lo que p