Pasé más de una semana intentando, por todos los medios, mantenerme lo más ocupada posible, para que mi mente no trabajara tanto ni se cayera en ese precipicio lésbico que tanto vértigo me causaba. Estudié hasta quedar agotada, repasando una y otra vez los mismos temas hasta aprenderlos a la perfección, cuando esto no fue suficiente, comencé a leer un libro viejo de fantasía épica, uno de mis géneros literarios favoritos, pero no fue una lectura muy amena y no logró distraerme tanto como quería. Durante esos días evité el contacto con la gente, especialmente con las de sexo femenino. No hice ningún intento por dilucidar mi condición s****l e intenté dejarla bien almacenadita y reprimida en el fondo de mí ser. Sin embargo hubo un par de ocasiones en las que caí en ello. Una noche, antes d