Por primera vez en mi vida, tenía pareja oficial… y era una mujer. Este “pequeño detalle” le aportaba un condimento extra a nuestra relación. Podíamos llevarnos bien como amigas, también descubrimos que sexualmente nos entendíamos, ahora sólo nos restaba descubrir qué tan bien nos llevaríamos siendo novias. Intentamos ser lo más discretas posible. Sólo nosotras dos sabíamos de nuestra relación. No hacía falta que nadie más lo supiera. Al fin y al cabo era un “contrato” entre nosotras, no se incluía a nadie más en él. Si bien Lara es preciosa, y tuvo miles de ofertas de hombres, siempre las rechazó, al igual que yo. Ella creía que lo hacía sólo por ser asocial, ella nada más quería que todo el mundo se muriera y que dejaran de molestarla. Por eso se sorprendió al descubrir que se llevaba