LLORANDO MIS PENAS

1344 Words
Me he despertado con un fuerte dolor de cabeza y nauseas así que corro al baño a vomitar pues estoy segura que me tome toda la botella de tequila yo sola. Bajo las escaleras de mi casa solitaria, siempre estoy sola desde que murió mamá, la casa se siente muy fría para mi hermano, mi primo y para mí, aunque antes teníamos a nuestra nana ella se tuvo que regresar con su familia. Desayuno algo que prepara una chica de limpieza como todos los días, el personal de servicio por ordenes de mi padre son muy reservados y tienen prohibido ser nuestros amigos. Vuelvo a mi recámara a dormir, mi celular suena y suena, pero no quiero contestar, se que es Diego y no soporto la idea de seguir escuchando excusas o peor aún si son mis amigas que quieren explicaciones sobre lo que paso la noche de ayer. En la noche escucho tocar la puerta pero no respondo, no quiero ver a nadie pero más tarde escucho abrir la puerta de mi cuarto, sé que es mi hermano o mi primo, como no quiero hablar cierro los ojos para simular que estoy durmiendo y funciona. Al amanecer veo por la ventana y decido armar una maleta pequeña, sin pensar tomo un taxi al aeropuerto mientras en el camino le mando un mensaje a mi familia donde les explico que saldré de la ciudad pero solo le escribo a mi familia, incluso a mi padre que aunque esta en rusia por negocios debe saber que estoy bien. Al llegar al aeropuerto tomo el primer vuelo sin importarme el destino, estoy en la sala de espera cuando veo a un caballero que me sonríe, su rostro se me hace familiar y recuerdo que es el señor del bar, sonrió, pero me siento tan apenada y me subo rápidamente al avión. Llego a Nayarit, un lugar precioso de México, me hospedó en un hotel lejos de la ciudad donde las cabañas están apartadas unas de otras. Es el lugar perfecto para llorar de amor y estar conmigo misma. Después de tres días que he estado encerrada llorando dentro de mi cabaña he decidido salir a la playa a tomar el sol. Tiendo una toalla en la arena y cuando me voy a recostar veo a un perro labrador hermoso llegar a un lado mío para jugar, amo jugar con los perros, así que lo acaricio un par de minutos. Al poco tiempo veo un cuerpo atlético de un hombre llegar, trae lentes obscuros, gorra y un short. El hombre sonríe y dice algo apenado. - Disculpe señorita, mi perro es un poco juguetón, al parecer le ha caído muy bien. Sonrió mientras acaricio al labrador y le contesto al hombre. - Es una dulzura de perro, no se preocupe. El hombre me vuelve a sonreír, se quita los lentes y me dice. - Creo que en nuestro destino está volvernos a ver señorita. Al quitarse los lentes veo que es el señor del bar de mala muerte al que le robe un beso aquella noche que fue a dejarme a casa. Me siento tan apenada, me muero de vergüenza nuevamente y le contesto tímidamente. - Creo que sí. El señor sonríe pues me debo de ver tan apenada, me extiende la mano y me dice. - Mi nombre es David Bustamante Palermo, mucho gusto en conocerte. Estiro la mano educadamente al saludo, sus manos son tan gruesas y varoniles. Me presento diciendo con una sonrisa y mi cara que debe estar colorada por el momento incomodo que he tenido que pasar. - Soy Jana Monte Marino Dávila. El señor sonríe y me dice cordialmente. - Es un placer conocerte y sobre todo volvernos a encontrar. Miro al perro que ahora está jugando cerca de la cabaña y le contesto aún apenada. - Es un placer Sr. Bustamante El caballero me dice algo molesto. - Solo David. Sonrió mientras David le llama al perro. - Geo, ven vamos a jugar a nuestra cabaña, la señorita quiere estar sola. Miro a David, sonrío y le digo sincera. - Llámame Jana y claro que me gusta su compañía. David sonríe y me pregunta cordial. - ¿Tienes planes para comer? Niego con la cabeza mientras David me dice. - Te invito a comer a un restaurante cerca de la ciudad, esta delicioso. Sonrío y acepto la invitación, así que queda en pasar más tarde por mí. Veo que el perro y él se van caminando mientras yo me quedo sola disfrutando del mar y el sol. Al llegar la tarde me estoy alistando para ir a comer cuando suena nuevamente mi celular, veo el teléfono y es Diego, cuelgo, pero es insistente, veo que ha dejado un mensaje de voz y lo escucho que dice: Johana solo quiero que estés bien, les he preguntado a todos por tí, pero parece que te ha tragado la tierra, me importas mucho porque te quiero pero espero pronto podamos hablar y ser buenos amigos. Debes entender que eres mucho para mi, eres mejor en todo y yo no quiero ser tu sombra, a cambio Jessica es una mujer que estudio para ser esposa, es diseñadora de interiores por hobbie pero tú quieres trabajar en obras y ejercer, eso no nos conviene a los dos. (se escucha la voz de Jessica de fondo hablando para comer y se corta el mensaje.) No logro contener mis lágrimas y nuevamente vuelvo a llorar de amor. Escucho la puerta, no quisiera abrir, pero mis modales y mi educación me lo prohíbe, así que voy abrir limpiando mis las lágrimas. David está sonriendo cuando abro la puerta pero su cara cambia a ser de preocupación, así que inmediatamente me pregunta. - ¿Qué tienes? ¿Te pasa algo? Trato de no llorar, pero no puedo mis lágrimas me traicionan, David me abraza dándome su hombro para llorar, lloro un par de minutos y después me alejo pidiendo disculpas por mi actitud. David se nota sincero al decirme. - No hay problema por desahogarte, solo espero que no sea por ese patán que me comentaste la otra noche. Agacho la mirada mientras David se da cuenta que efectivamente es por ese patán, así que me dice.- Se que suena fácil pero no vale tus lágrimas, él está feliz con alguien más y tú debes hacer lo mismo. Me sincero con él y le digo. - Es que además de eso acabó de recibir un mensaje de voz, no se casa conmigo porque no quiero ser una esposa abnegada que quiera ser ama de casa antes que su carrera. David se empieza a reír y me dice francamente. - Más a mi favor, no vale la pena, así que, vámonos a comer y a olvidarte de ese patán. Sonrió pues sus palabras son sabias y creo que tiene razón. Me seco las lágrimas y voy al restaurante que me ha invitado David. La comida como lo dijo David estuvo riquísima y el vino de excelente calidad. Al terminar me lleva a pasear por una playa más cerca de la ciudad mientras platicamos de lo que el haría si fuera Diego. Se hace tarde, pero David me pide permiso para ir a comprar una botella de Whisky y seguir platicando en mi cabaña, a lo que accedo con gusto. He pasado una semana llorando solo por las noches con David siempre acompañado por el whisky favorito de él y una botella de tequila que ha comprado para mí. Así que en las mañanas tomo el sol y disfruto de la playa mientras espero la tarde para llorar al lado de Diego que me escucha . Por lo que David me dijo, está trabajando , al atardecer llega con comida y es mi compañía. Somos buenos amigos, aunque solo hemos contado cosas muy superficiales de nuestra vida que nos hacen reír, me paso los días tan divertidos. Estoy sentada y me pongo a pensar en los pocos días que tengo antes de regresar a casa después de estar llorando mis penas.
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