4. Travesía

2093 Words
4. Travesía Habían pasado tres días desde la última vez que hable con el señor Khan. Él me prometió convencer a mi padre para que me deje hacer el viaje que tanto deseo. El es la única esperanza que tengo de volver a ver a Armando. Suspiro. Me acerco a la ventana de mi habitación. Salgo por el balcón, siento la brisa de aire caliente que choca contra mi piel. —Quisiera saber la razón por la que te fuiste amigo —susurró. Aún me siento triste por el hueco en mi pecho que ha dejado su ausencia. Armando era más que un amigo para mí, de alguna manera lo veía como un maestro de la vida, como si fuera un padre. Lo extrañaba demasiado. Escuchó como la puerta de mi habitación se abre. Uno de los trabajadores de servicio entra a mi habitación. Muevo la cabeza hacia adelante en forma de saludo. —Joven Hassim, su padre desea verlo ahora mismo en su estudio —dice, da media vuelta y desaparece de mi habitación. Una especie de escalofrío recorrió todo mi cuerpo al recordad la última vez que mi padre y yo hablamos en privado, la conversación no termino bien. No tengo ganas de verlo, pero debo obedecer sus órdenes. Lo mejor que podría pasar es que el señor Khan ya haya convencido a papá de que me deje salir del país. Podría ser. Me acomodo el Thawb y el turbante, a mi padre le gusta que nos vistamos de manera impecable todos los días por eso es costumbre en nuestra familia vestir con el Thawb todos los días. Salgo de la habitación caminando en dirección al estudio de mi padre. Cuando llego me percato de que no está solo, esta con el señor Khan. Pido permiso para entrar. Una vez que mi padre me lo concede, me acerco para saludarlos de manera formal en el saludo emiratí. —Sentémonos —escucho la voz de mi padre, todos nos sentamos en la sala color marfil que tiene en su estudio. Trato de analizar las facciones de mi padre para saber de qué humor esta. Miro discretamente al señor Khan, el asiente con la cabeza. ¿Eso quiere decir que ya le hablo a mi papá sobre el viaje? De pronto comienzo a sentirme por demás nervioso. Que pase lo que tenga que pasar, pensé. Un ambiente de silencio se apoderó por unos instantes de la habitación donde estábamos reunidos. Mi padre bebe de su arak lentamente. Le sigue el señor Khan. Mi padre aún no me da permiso para que yo pueda acompañarlos a tomar arak ya que es una bebida alcohólica y en nuestro país no se permite el consumo descontrolado de alcohol. —Hassim —articula mi padre inesperadamente con voz gruesa. Levanto la cabeza por instinto cruzando nuestras miradas. —El señor Khan me ha comentado sobre una conversación que han tenido donde has acepado desposar a su hija Rania —trago saliva cuando lo menciona, el señor Khan esboza una leve sonrisa fijando sus ojos en mí, asiento levemente —bien, Rania Azahara Khan es una de las jóvenes que esta entre las candidatas a elegir para que formen parte de la dinastía Haram, sin embargo, pienso que el unir a nuestras familias en una sola por medio de su matrimonio nos beneficiará a ambos ya que ahora será mucho más fácil y económico exportar nuestro petróleo al extranjero, triplicando nuestras ganancias haciéndonos mucho más ricos. Mi padre le lanza una sonrisa de complicidad al señor Khan. Desvío la vista. No entiendo para que quiere tanto dinero si prácticamente nos mantiene cautivos en esta casa. —También me ha hecho una petición al igual que tú lo hiciste —continúa hablando, mi mirada va directo hacia el señor Khan, él parece no tenerle miedo a mi padre y eso me tranquiliza un poco — el señor Khan está convencido de que el viaje que deseas hacer será algo fructífero para ti, él piensa que te ayudará a madurar tu hombría tanto emocional como de manera mental, así que si él ha puesto su fe en ti, puedes hacer el viaje —abro por completo los ojos, mis manos comienzan a temblar, creo que no escuche bien. —Gracias padre —me abalanzo a tomar sus manos arrodillándome ante el en agradecimiento por lo que ha dicho, me siento feliz, pero papá se mantiene estoico. —Sin embargo —dice, tomando nuevamente de su arak, me pongo de pie —si quieres hacer ese viaje tienes mi permiso, pero lo harás sin mi dinero —sonríe de manera malévola, yo no tengo dinero pienso aterrado, ¿Cómo saldré del país? —si te crees muy hombrecito para viajar solo por el mundo teniendo aventuras, podrás ser capaz de conseguir dinero para hacerlo. Me quedo paralizado. Mi padre sale de su estudio, dejándome a solas con el señor Khan. —Tu padre es algo estricto —menciona sacándome del shock interno en el que estoy, lo miro —ten —saca una tarjeta bancaria de su bolsillo, me quedo atónito al verla —tómala, pronto seremos familia y tú solo tienes tres años para recorrer el mundo, vive, aprende Hassim, que lo que más deseo es que mi hija tenga el mejor esposo de todo Emiratos. —Gracias —es lo único que me atrevo a decir antes de abrazarlo —gracias señor Khan, jamás olvidaré esto que hace por mí. Mis ojos comienzan a cristalizarse, al fin podré conocer otro tipo de vida, otras costumbres y tradiciones diferentes a las que estoy acostumbrado. —Anda, ve y haz tu maleta, te llevaré al aeropuerto. Asiento. Salgo corriendo del estudio, todo esto esta sucediendo tan rápido. Me detengo precipitadamente. Veo la tarjeta en mi mano. Esta tarjeta solo la utilizaré una vez, para salir de aquí, después me las ingeniaré para poder sobrevivir, pero estoy seguro que valdrá la pena. Entro a mi habitación tomo una pequeña maleta depositándola en la cama. Abro mi closet, entrecierro los ojos pensando que ropa es la adecuada para vestir en el extranjero, no se si debo vestir el Thawb allá. Escogí varios pantalones de algodón, playeras, zapatos y ropa interior, sólo puse un Thawb y un turbante de repuesto por si acaso. También guardo el pasaporte con la carta que me dejó Armando el día que cumplí años. Me detengo a observarla un par de minutos antes de meterla a la maleta. —Entonces es verdad que te irás —escucho la voz de mi hermano Emir a mi espalda, me giro para verlo. —Si, me iré tres años. —Esto no debería estar pasando, ¿Por qué te empeñas en hacer las cosas diferente Hassim? —su voz suena con amarga decepción. Me acercó a él y lo abrazo, le tengo mucho cariño, es mi hermano pequeño, no quiero que se ponga triste con mi partida. —Emir serán tres años, después de eso regresaré y todo volverá a ser igual. —Papá cree que nada será igual, dice que corromperás tu mente saliendo del país. —¿Qué? —eso no fue lo que dijo cuando estábamos junto al señor Khan. Ahora comprendía que mi padre solo me había dado el gusto por los futuros negocios que hará con él. Niego con la cabeza. —Ni me convertiré en alguien más ni me corromperé, al contrario, aprenderé muchísimas cosas de los lugares que visite, Emir tú y yo somos muy diferentes, a ti te gustaría ser quien tome la empresa algún día lo puedo ver siempre que papá toca ese tema, yo sé que tú eres capaz de eso y mucho más, te prometo que si un día yo estoy al frente de la petrolera tu estarás ahí conmigo, por que somos hermanos y entre hermanos no debería haber distinciones. Los ojos de Emir se cristalizan y desvía la mirada. —¿Lo dices en serio hermano? —pregunta sorprendida, sonrío al ver el brillo hermoso que se refleja en sus ojos. Asiento. —Regresaré para ser el director de la petrolera como lo quiere papá, tu estarás a mi lado y desposaré a la hija del señor Khan. Emir abre los ojos, penetrándome con la mirada. —Lo haces para darles gusto, porque suenas como un amargado triste, nunca has sido un hombre normal Hassim —reímos, nos abrazamos, le doy un beso en la mejilla —deseo que te vaya bien hermano, estaré esperando tu regreso con ansias. Asiento. —Gracias, ahora iré a despedirme de mamá, el señor Khan me espera para llevarme al aeropuerto. Por una última vez pongo mi mano derecha en su hombro apretándola de manera afectuosa. Salgo de la habitación Emir me sigue a la distancia, la dirección, los aposentos de mis padres. Faltando unos metros para llegar la veo salir de su habitación. —¡Mamá! —ahora que la veo se me forma un nudo en la garganta tener que despedirme de esta manera de ella, no sé si sepa lo del viaje ya que mi padre nunca le cuenta nada sobre las cosas que considera son solamente asuntos de hombres. Le abrazo, ella me recibe el abrazo con cariño, mi madre es una mujer ejemplar que se ha dedicado a nuestra crianza las veinticuatro horas del día. Es gracias a ella que aprendí algo de astronomía, mi afición por las matemáticas y mi sueño de viajar por el mundo, el sueño que alguna vez ella tuvo de niña, pero nunca pudo cumplir, mis abuelos tenían el mismo pensamiento que mi padre referente a las costumbres de nuestro país. —Te extrañaré mi Hassim —dice entrecortando su voz. Me separo de ella al ver que sus ojos se han humedecido. —Mamá, ya lo sabes —ella asiente apretando sus labios, me mira con ternura y a mi se me parte el corazón. —Ve hijo, cumple tus sueños, en el trayecto, estudia mucho, así como lo hemos estado haciendo todos estos años, prepárate y conviértete en un hombre fuerte, con carácter, maduro, pero al mismo tiempo con un corazón noble y puro, no lo olvides nunca Hassim. —Lo haré mamá —nos volvemos a abrazar. Le pregunto si cree que es adecuado que me despida de mi padre, pero ella me dice que es mejor que me vaya ahora antes de que él cambie de decisión. Le doy las gracias por todo. Ella y Emir me acompañan hasta el Bentley que está afuera de la casa donde el señor Khan me espera. Subimos al auto, bajo la ventana de mi lado sacando la cabeza, digo adiós con mi mano. Veo a mamá y a mi hermano convertirse en una pequeña mancha mientras nos alejamos más y más al igual que la casa. —¿Nervioso? ¿Ya sabes a donde irás primero? —pregunta el señor Khan. Alzo la vista, mi espalda se tensa por que aún no he pensado en eso. Sonrío nervioso. —¿Cuál es el país que me aconseja visitar primero señor Khan? —le pregunto de manera curiosa, antes dijo que él ha viajado por todo el mundo así que puedo tomar alguna de sus sugerencias. —Pronto llegará el invierno y Europa suele tornarse frío, incluso en algunas ciudades a veces nieva, así que te recomiendo visitar Europa ahorita antes de que sea invierno porque nosotros los emiratíes no estamos acostumbrados a tanto frío, podría ser incómodo para ti, después para los primeros meses del siguiente año viaja a Sudamérica, comenzando por Argentina, luego Brazil, el carnaval es a finales del mes de febrero es el viernes antes del miércoles de ceniza según la religión cristiana. Tomo nota mental de todo lo que me dice. —Entonces el primer país al que visitaré será España. —Buena elección. Aprieto mi puño sobre la rodilla, espero con toda mi fe que este haciendo las cosas bien. Lo primero que haré al llegar es buscar un trabajo de lo que sea no importa, si es en un restaurante mejor, así aprenderé más sobre cocina. Además, recuerdo que una vez Armando me platico que el trabajo muchos años en varios restaurantes de España, dijo que fue una época muy buena en su vida, así que podía existir la posibilidad de que lo encontrará ahí. *Thawb: es la vestimenta musulmana que consiste en una prenda árabe hasta el tobillo, generalmente con mangas largas, similar a una túnica. *Arak: es una bebida alcohólica anisada, destilada e incolora.
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