La mayor parte del trayecto estuvimos en silencio, de vez en cuando miraba de reojo a Killa. Sentía una especie de nervios, pero si no le hacía platica como iba a saber más sobre ella, tenía que dejar este miedo a un lado.
—¿Dónde te estás quedando Killa? ¡Es increíble que hayamos coincidido en este lugar! —exclamo tratando de romper el silencio que se había formado a nuestro alrededor.
—En el Hotel Villa Amazonia, y si, creo que es una extraña pero agradable la coincidencia que te haya vuelto a ver, ¿Qué haces en Brasil Hassim? —pregunta abriendo sus enormes ojos brillantes, esos que me hacen tiritar de la emoción cuando los veo.
—Estoy haciendo un viaje por varios países, trabajo y viajo, por ahora a eso me dedico solamente —ella parece analizar lo que digo mientras asiente —¿tú que h
