Kemal y yo seguimos charlando y cenando, la noche se sentía muy agradable y la compañía era exquisita, pero lo que no me dejaba en paz era la profesión de este joven brillante y pues no me aguanté la curiosidad y seguí con el tema anterior, —Mmm… perdón… mmm… — —¿Qué pasa? Si quieres decirme algo dilo, yo estoy aquí para responder todas tus preguntas— — Lo que pasa es que me quedé con una duda, de algo que dijiste hace rato— —Anda señorita preciosura, te escucho — —Es que mientras hablábamos de nuestras vidas dijiste que eres doctor, pero es que nunca pensé que fueras un doctor, mmm… te sentía más como un abogado o un ingeniero — —Jajajaja… no eres la única en pensar eso, las personas casi siempre me dan otra profesión, pero me alegra que me subestimen — —¿Pue