Capítulo 07. La propuesta de papá.

1918 Words
Pasados unos meses mi carrera como abogada ya había despegado con éxito, mi bufete ya contaba con siete abogados más y no podría estar más feliz, ya me resigné a ser feliz al lado de alguien, he aprendido a ser feliz con lo que tengo hasta ahora, una hermosa carrera, en estos días he estado trabajando desde casa ya que no me siento muy bien de salud, últimamente mis ojos me han estado molestando un poco, hace unos cinco días creí haber recuperado la vista por unos segundos, aún no sé si es las ganas que tengo de que mi vista vuelva, o a lo mejor fue un reflejo que tuve momentáneamente, como estoy un poco delicada de salud y decidí quedarme en casa así mismo decidí no tomarle las llamadas a papá, y espero que él respete mi espacio y mi privacidad. Mientras me duchaba escuché el timbre sonar, la empleada en esos momentos estaba limpiando mi habitación —Lucrecia—   —Si señorita Gema—   —¿Puedes ir a ver quién timbra por favor? —   —Claro que si señorita—   —Lucrecia, Lucrecia ¿ Aún estás aquí? —   —Si señorita ¿necesita algo más? —   —Si es mi padre dile que no estoy, y si es alguien más pues hazlo pasar a la sala—   —Como diga señorita—   No quiero tratar con mi padre ahora, los días que tengo sin hablar con él, me he sentido muy bien, mi paz mental esta más estable, cuando me sienta mejor lo llamaré   Toc, toc, toc…   —Señorita Gema, Señorita Gema… —   —Si Lucrecia, adelante ¿Quién me busca? —   —Perdóneme intenté decirle que no está pero él se metió sin dejarme hablar, solo me empujó hacia atrás y entro a la fuerza, ¡lo siento! —   —Papá ¿verdad? —   —Si, el señor Pompeyo—   —Tranquila Lucrecia, yo me encargaré de él, no pasa nada, dile que bajaré en unos minutos—   —Esta bien señorita—   ¡Ay papá! No vas a aprender nunca, pensé que no haría esto, no me deja en paz ni unos días ¿hasta cuándo me tendrá como una niña chiquita? Terminé de vestirme y bajé —Papá ¿estás aquí? —   —¿Se puede saber porque no contestas mis llamadas? —   —Hola papá ¿cómo estás? Porque yo estoy bien—   —Ahora eres sarcástica, te hice una pregunta, o que pretendes ¿te quieres parecer a la mal agradecida de tu hermana? —   —No estoy siendo sarcástica solo te saludé ya que hace días no nos reunimos y lo primero que sale por tu boca es una exigencia, ah y otra cosa padre, yo me sentiría muy afortunada de parecerme a mi hermana Rumina, ella es una mujer brillante e inteligente, muy aplicada en lo que hace y sobretodo muy trabajadora, si vienes a ver cómo estoy ya ves, estoy bien —   —Llegué ahora y ya quieres que me vaya, Dios mío ¿Qué hicieron con mi hija? ¿A dónde se fue mi princesa? Esa niña obediente que no me lleva la contraria—   —Papá aquí estoy, lo que pasa es que tú siempre estás hablando mal de mi hermana y eso me molesta —   —Bueno pues ya dejemos de hablar de tu hermana, ahora mismo me vas a explicar porque no has ido a trabajar en días, ¿acaso estás enferma? ¿O ya quieres renunciar tan rápido? —   —No me pasa nada papá, solo que quiero estar en casa y aunque me encuentre aquí sigo trabajando, sabes que mi sueño es este y mi vida también y jamás lo dejaría— Me molesta que mi padre quiera controlar todo lo que pasa en mi vida, porque no entiende que ya soy adulta   —Hija vine hasta aquí porque tengo algo que decirte—   —Si, te escucho—   —Primero quiero que sepas que te amo y que como tú padre siempre querré lo mejor para ti, ¿te acuerdas de mí mejor amigo? —   —No lo recuerdo mucho pero ¿Por qué viene el a la conversación? —   —Es que es de él de quién te quiero hablar, de Matías Rosales, mi amigo desde la infancia —   —¿Acaso el necesita algún tipo de asesoría de mi bufete? —   —No, déjame y te explico, el tiene un hijo, mismo es muy inteligente y de buen ver, en estos días nos reunimos y estuvimos hablando del futuro de los dos y llegamos a la conclusión de que sería una buena idea que ambos se casaran ¿Qué te parece? —   —¿Es una broma verdad? Papá ¿Tú estás bromeando conmigo? Dime qué eso que dijiste no fue lo que yo escuché—   —Creo que escuchaste bien, quiero que te cases con Emir Rosales, hijo de Matías Rosales, ellos necesitan nuestra cooperación y yo se las daré, los ayudaré a salir de sus problemas financieros y mi amigo a cambio convencerá a su hijo para que se case contigo —   —Es que te juro papá, te juro que me va a dar algo, ¿tú me estás vendiendo? ¿estás vendiendo a tu propia hija? Es que esto no lo puedo creer, ¿y si me niego que pasa? —   —Simple, si te niegas te quitaré está casa y haré que pierdas tu bufete también, querías un papá así, un papá que no te trate más como una niña, pues aquí estoy, ya di mi última palabra te vas a casar con Emir—   —La verdad es que no te reconozco papá, yo no me voy a casar con un desconocido, no lo haré, si quieres quítame la casa el bufete pero no voy acceder a tu chantaje barato, ¿Qué te pasó papá ah? Yo nunca pensé que fueras a vender a tu propia hija, ¿Te das cuenta que me estás vendiendo? —   —No seas dramática, no te estoy vendiendo, solo son negocios, tú no vas a perder nada, al contrario, ganarás un esposo que te ayudará el resto de tu vida, sé que por tus propios medios no conseguirás un esposo, en estos tiempos los hombres no buscan una mujer con discapacidad y como no quiero que te quedes sola tomé está decisión —   —Mi respuesta es no, no me quiero casar, no me voy a casar con quién no conozco, y no me importa lo que hagas —   —Bien, ¿así quieres hacer las cosas?  Ah se me olvidó decirte que si no accedes a mis reglas, haré que a Rumina se le termine la carrera, solo tengo que hacer una llamada y a tú hermana se le acaba el reinado, no quería llegar a esto pero no me dejaste otra opción, lo siento—   —Papá ¿Qué diablos pasa contigo? Rumina es también tu hija, vas a lograr que te odiemos, sabes que te amo pero esto es más que una locura, sabes muy bien que por mi hermana hago lo que sea, y si tengo que aceptar casarme con un desconocido para salvar la carrera que tanto le ha costado a mi hermana lo haré, ganaste papá, acepto casarme con Emir—   —Bien hija, muy bien, no vayas a creer que quiero más a mis amigos que a ustedes porque no es cierto, solo son negocios, negocios que nos benefician a todos —   —Te benefician solo a ti, así que no nos digamos mentiras, ya vete papá, no quiero seguir escuchando esta barbaridad, ya te dije que me casaré, no te quiero sentir cerca de mi por lo menos no por ahora —   —Nos beneficia a todos pero ya luego me darás la razón, me marcho pero mañana mandaré por ti para que vayamos a comprar tu vestido, quiero que se casen lo antes posible —   —Haz lo que quieras papá, solo no quiero saber nada más —   —Está bien, ahh ¿Quieres elegir la fecha de bodas? Las personas no se casa todos los días, sea de la forma que sea está será tu boda —   —Lárgate ya padre, por favor ya déjame en paz, déjame en paz, por hoy no te quiero más cerca de mi, adiós Pompeyo— Aún no salgo del asombro, no puedo creer lo que pasó aquí, no acepto las decisiones de papá, pero si no lo hago mi hermana sufrirá, no puedo permitir que mi padre arruine la vida de Rumina, no permitiré que dañe por lo que tanto ella ha trabajado, y si para evitar eso debo casarme con un desconocido lo haré, él siempre termina ganando las batallas, me odio por ser tan débil, pero mis ganas de proteger a Rumina es mayor que mi rechazo a casarme. Al siguiente día mi querido padre mandó su chófer por mi para ir a comprar el vestido y algunas cosas para la dichosa boda, pensé que ayer papá bromeaba cuando dijo que mandaría por mi pero ya veo que no, no soporto esto y la verdad que no sé cuánto tiempo aguante, al escuchar que el chofer de papá decía una y otra vez “señorita dese prisa el señor Pompeyo nos espera para la compra de su vestido” mi corazón se aceleró y me llené de irá   —Ya basta maldita sea, basta, basta, basta… lárgate de mi casa y dile a mi padre que haga lo que quiera con esa estúpida boda, de mi parte no moveré ni un solo dedo ¿entendiste? —   —Si señorita Gema, pero debe usted entender que solo sigo ordenes, mismas que si no cumplo al pie de la letra provocará mi despido —   —Pues dile exactamente lo que te dije, solo cumples ordenes ¿o no? Pues te ordeno que le digas exactamente lo que te dije  hace rato —   —De acuerdo señorita como usted diga—   Me da impotencia ver cómo mi padre maneja mi vida, ahora entiendo cómo se sentía mi hermana, ella siempre escogió un bando, el suyo, nunca estuvo cien por ciento a favor del señor Pompeyo, ese señor tirano y cruel no puede ser el mismo que nos crío, lo amo porque es mi padre y porque siempre estuvo ahí para mí cuando tuve aquel fatídico accidente, pero eso no le da derecho de hacer con mi vida lo que él quiera. Mientras me seguía dando golpes de pecho me vino a la mente mi madre, misma de la que llevo meses sin saber dónde o cómo está, pero que mejor que ella para que convenza a papá de no casarme con ese sujeto desconocido, ahora mismo la llamaré, Tomé el teléfono y por búsqueda de voz marqué a mamá, el teléfono al otro lado de la línea timbraba y timbraba pero nadie respondía Anda mamá contesta “piiii…  deja tú mensaje después del tono”   Demonios madre cuando mas te necesito no estás, volveré a intentarlo, volví a marcar por voz por segunda vez, anda madre contesta, contesta…   “Piiii… deja tú mensaje después del tono” Decidí dejarle un mensaje de voz, espero que lo llegue a escuchar (Hola mamá soy Gema tu hija, necesito que me llames desde que escuches este mensaje, por favor no me dejes de llamar es muy urgente) Luego de ese fastidioso día, me tomé una ducha y me fui a la cama.      
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD