Hoy era mi cumpleaños, el primero que pasaba con Nicolás. Habían pasado seis meses desde que nuestras vidas se entrelazaron, y aunque habíamos aprendido a navegar en las aguas turbulentas de nuestra relación, esta noche se sentía diferente.
Estos meses desde que empezamos a salir, cada momento juntos se había convertido especial, aunque manteníamos nuestra relación en secreto. Sus padres seguían sin saber de lo nuestro, y aunque me incomodaba un poco, entendía que él no estaba listo para confesarlo. La verdad, yo tampoco. No era miedo a perder mi empleo, sino a perderlo a él.
Esa noche, fuimos al lugar que se había convertido en nuestro escondite, donde podíamos ser solo nosotros.
Llegamos a ese lugar, apartado del mundo donde podíamos ser nosotros mismos, lejos de las miradas que nos
