—¿Cumpleaños? —susurro bajo. En realidad, hoy es mi cumpleaños y ni siquiera me he acordado, es que nunca celebro mi cumpleaños, puesto que ese día murió mamá. Yo llegué al mundo y ella se fue. En ese momento mis ojos recorren el lugar, está lleno de adornos y un enorme corazón donde dice: "Feliz cumpleaños, cupidita". Mis pupilas se dilatan, quiero retroceder, pero Adiel me detiene. —¿No te gustó la sorpresa? —Está muy hermoso, pero... pero yo nunca he celebrado mi cumpleaños, profesor... ¿Y sabe por qué no lo hago? —Niega y se cruza de brazos para escucharme—. Porque mi madre murió el día que nací. —Perdón. En serio que no pensé que no celebrabas tu cumpleaños. —No se preocupe —digo soltando un suspiro. Vuelvo a recorrer la mirada por todo el lugar, en verdad está hermosamente ado