Príncipe Licántropo Hunter:
Iba de acompañante en la camioneta de Zach, siguiendo a Kailen en su SUV. No estaba contenta de que insistiera en acompañarla y que trajera guerreros también. Teníamos dos guerreros conduciendo delante del SUV de Kailen y dos conduciendo detrás de nosotros.
Ella quería conducir sola, así que aquí estaba yo viajando con Zach y Greyson. Se sentía culpable por casi marcarme, pero ojalá lo hubiera hecho. Ese tuvo que ser el mejor orgasmo que he tenido, pero ella se sentía tan culpable por ello. Dolía saber que no tenía la intención de morderme, que simplemente sucedió. O tal vez fue Aurora.
—¿Entonces nos vas a decir por qué no vas con Kailen?—Preguntó Greyson desde atrás.
Me pellizqué el puente de la nariz.
—Antes de salir, Kailen casi me marca. — Les dije.
—¿¡Qué?!—Gritaron ambos.
—¿En serio?—Preguntó Zach.
Moví mi cuello para mostrarles la marca de la mordida. Era profunda, roja y enojada y tardaría al menos un día en sanar.
—Amigo, eso estuvo realmente cerca. — Exclamó Greyson mientras miraba más de cerca la marca.
—Entonces, ¿qué dijo ella?—Preguntó Zach y suspiré.
—Ella se siente culpable, aunque le dije que quería que me marcara. Incluso empezó a llorar, lo cual dolió mucho. —Les confesé.
—Hunter, no creo que su culpa tenga nada que ver con que no quiera marcarte. Todos leímos su expediente después de que vino a vivir con nosotros. Ella confía en ti más que en nadie, y creo que eso la asusta. —Arrojó Greyson.
—Fue violada y torturada durante casi seis meses y a su propio novio ni siquiera le importó. Simplemente siguió adelante como si ella no fuera nada para él. Y luego llegaste tú y todos lo vimos. Ustedes creen que son sigilosos y que nadie sabe respecto a su relación, pero todos sabemos. —Dijo Zach.
—Ustedes dos son los únicos que saben sobre Kailen y yo. —Les aclaré y ambos negaron con la cabeza.
—Todos saben, Hunter. ¿Por qué crees que todos los chicos se mantienen alejados de Kailen?—Me dijo Greyson, y tenía sentido.
Cuando llegó por primera vez, recibió mucha atención de los machos no emparejados y eso cambió lentamente cuando ella y yo comenzamos nuestra relación. Todavía los veo mirándola, pero no coquetean y siempre la llaman Gamma Steele o Señorita Steele.
—Está bien, entonces ¿qué ven ustedes dos? Son amigos de ambos. —Les pregunté.
—No le digas a Kailen que te dije esto, pero me dijo que no se siente digna de ti. Porque si lo fuera, sería tu pareja destinada. —Me confesó Zach, y me quedé impactado. ¿Cómo diablos podría pensar eso?
Ella es la verdadera joya, más bien yo podría pensar que no soy verdaderamente digno de ella. Pasó por todo el entrenamiento de Gamma, clases y entrenamiento militar para llegar a donde está hoy. Y nuestro entrenamiento militar es extremadamente difícil, pero se esforzó al máximo para aprobar todo en la cima de su clase. Alguien me dio todo lo que ella tuvo que trabajar duro para conseguir.
No tenía familia ni amigos cuando llegó a Luna de Marfil y sufría de TEPT extremo por haber sido secuestrada. Pero lo superó todo. Todavía tiene algunos episodios de TEPT, como pesadillas, pero está mejorando. Y encuentro que cuando duermo a su lado, rara vez los tiene.
—No estoy seguro de cómo puede siquiera pensar eso. Ustedes la conocen. Claramente, yo soy el indigno. —Les dije mostrando convicción.
—También puede tener que ver con que rechazó a su compañero Alfa. Él no sentía que ella fuera lo suficientemente buena para ser su Luna y ahora ella no se siente digna de ser tu Reina. —Señaló Zach, y suspiré.
—¿Es terrible que Rex solo quiera marcar a Aurora?—Les pregunté.
—Amigo, Kailen te mataría, pero resolvería el problema. —Zach se rió.
—Pero él estaría muerto. —Intervino Greyson.
—Ugh, entonces ¿qué debería hacer?—Les pregunté.
—¿Esperar?—Zach se encogió de hombros, y gemí.
—¿O podrías hacer algo especial?— Intervino Greyson.
—¿Cómo qué?—Hice un gesto para que continuara.
—Podrías llevarla a algún lugar bonito y pedirle matrimonio como hacen los humanos. —Dijo, y me giré en mi asiento para mirarlo.
—Eso no es tan serio como una marca. —Le dije.
—Lo sé, pero es un paso en la dirección correcta. Ella tendría un anillo en su dedo y tu relación se haría pública. Y si estuvo tan cerca de marcarte sin un anillo en su dedo, no le tomaría mucho tiempo realmente marcarte. —Aclaró Greyson. Y Zach estuvo de acuerdo.
—Y estoy seguro de que tu padre tiene un anillo que era de tu madre. Creo que eso significaría mucho para ella. —Me dijo Zach. Y suspiré.
—¿Por qué tiene que ser tan complicado?—Les pregunté a ellos.
—Tío, los dos estamos solteros. Le estás preguntando a las personas equivocadas. —Zach se rió. Los tres aún no hemos encontrado a nuestros compañeros predestinados, y yo nunca quiero encontrar al mío.
Nos enseñaron toda la vida que el vínculo de compañeros era lo más importante y hermoso que un lobo podía experimentar. Pero aquí estoy, tratando de convencer al amor de mi vida de que no me importan los compañeros predestinados y que la amo independientemente del vínculo de compañeros.
Finalmente llegamos al hotel en el que nos quedaríamos las próximas noches. Este era un pueblo humano, así que nadie sabría quiénes éramos realmente. Estacionamos al lado de Kailen y los guerreros estacionaron a ambos lados de nosotros.
…
Gamma Kailen Steele:
Decidí conducir sola, ya que necesitaba algo de tiempo para pensar en lo que pasó con Hunter. Y luego también tenía que preocuparme por el caso en el que estaba y regresar a mi antigua manada. Me sentía abrumada, y solo necesitaba algo de tiempo para mí misma.
—Aurora, ¿por qué hiciste eso?—Le pregunté a mi loba.
—Lo amo y él nos ama. ¿Por qué no puedes simplemente aceptarlo?—Me devolvió una pregunta.
—Aurora, sabes por qué, él no es nuestro compañero predestinado. —Le contesté frustrada.
—No me importa. Quiero a Rex y él me quiere a mí. Y sé que tú quieres a Hunter tanto como él te quiere a ti. ¿Por qué tienes tanto miedo de dejarlo entrar?—Insistió.
—¡Sabes por qué!—Exclamé.
—Entonces, ¿por qué no lo has dejado aún? Si no puedes darme a Rex, ¿por qué lo mantienes cerca? No es solo tu vida, Kailen. Ha estado con nosotras durante casi cuatro años y nunca nos ha dejado. Siempre ha hecho lo que le has pedido. —Arrojó Aurora con molestia.
Las lágrimas comenzaron a formarse, y la culpa me revolvía el estómago. Hunter siempre ha estado ahí para mí, siempre. Pero llevar su marca significaba que tendría que renunciar a mi posición como Gamma. Una posición por la que trabajé muy duro para lograr. Pero si él encontraba a su compañera predestinada, no solo lo perdería a él, sino que tendría que dejar a Luna de Marfil.
Pero antes de que pudiera pedirle que me marcara, tendría que contarle toda la verdad de lo que pasé. Y no sé si alguna vez estaré lista para contarle esa historia.
—Solo dile la verdad, Kailen. Él te ama. No estaría en una relación secreta de cuatro años contigo si no quisiera estar contigo. —Insistió Aurora.
—¿Y si se va?—Le pregunté aterrada.
—Podría irse ahora, podría irse mañana. Sé que piensas que estás rota y que no mereces su amor, pero sí lo mereces. Y cuanto antes te des cuenta de eso, más felices estaremos todos. —Resopló Aurora y se retiró al fondo de mi mente.
El diablo y el ángel en mis hombros no me estaban ayudando a tomar una decisión. Me sentía abrumada por tener que ver a mi ex-compañero y luego tenía mi caso del cuál preocuparme. Me prometí a mí misma que intentaría contarle toda la historia a Hunter cuando volviéramos a casa. Y con suerte, él todavía me amará después de que se entere de la verdad.
Llegamos al hotel, y estacioné mi SUV al lado de uno de los SUVs de los guerreros. Zach estacionó su camioneta al lado de la mía. Me incliné para tomar mi bolso y Hunter abrió mi puerta.
—¿Te sientes mejor?—Me preguntó.
—Estoy bien, Hunter. Solo necesitaba despejar mi mente. —Le dije, saltando fuera. Cerró la puerta detrás de mí mientras caminaba hacia el maletero para recoger mi maleta. Abrí la parte trasera y Hunter tomó mi maleta antes de que pudiera. Apreté los labios. Siempre tenía que llevar mis cosas por mí, aunque soy perfectamente capaz.
—¿Ayudó el viaje?—Preguntó mientras cerraba el maletero.
—No estoy segura todavía. —Me encogí de hombros. Él me rodeó la cintura con su brazo mientras caminábamos hacia el hotel.
—¿Hunter?—Le pregunté.
—¿Kailen?—Prolongó.
—¿Qué estás haciendo?—Le pregunté mientras esperábamos en la recepción.
—Nadie nos conoce aquí, Kailen. — Señaló. Miré alrededor, y no vi a nadie más excepto a la persona que estaba atendiendo en la recepción.
—Está bien, Hunter. —Suspiré, envolviendo un brazo alrededor de su cintura y apoyé mi cabeza contra su pecho. Él me apretó fuerte y besó mi frente.
Nos registramos y recibimos todas las llaves de las habitaciones mientras los demás nos conseguían la cena. Decidí compartir una habitación con Hunter. No hemos pasado una noche separados en más de un año. Él prácticamente vivía en mi apartamento.
Nos sentamos en el área de desayuno mientras esperábamos que los chicos y los guerreros regresen. Me acurrucaba con Hunter. Nunca tenemos la oportunidad de hacer esto en público y creo que es culpa mía.
—¿Hunter?—Tartamudeé.
—¿Qué pasa, bella?—Me preguntó, preocupado. Pero no tuve la oportunidad de preguntarle porque los demás regresaron. Me separé de Hunter y me enderecé. Zach y Greyson lo sabían, pero los guerreros no. No creo que lo supieran. Es difícil saberlo.
Mientras todos comíamos, mi mente se desvió hacía el motivo por el que estaba realmente aquí. ¿Por qué aparecería un cuerpo en mi antigua manada, de todos los lugares? ¿Y por qué ahora? Todo esto no tenía sentido.
Marcus no comete errores. Si fue él, esto fue cuidadosamente planeado. Pero ¿por qué ahora y por qué aquí? ¿Qué rayos sabía él que nosotros no?
Hunter me dio un codazo, sacándome de mis pensamientos. Giré la cabeza para mirarlo.
—¿Estás bien?—Preguntó, preocupado.
—Sí, solo pensando en el caso. —Le dije rápidamente.
—Vamos a la cama. Tenemos que madrugar. —Dijo Greyson, y Hunter repartió las llaves a los demás.
—¿Lista?—Me preguntó y asentí, levantándome de mi asiento.
Comencé a caminar hacia el ascensor, pero Hunter envolvió un brazo alrededor de mi cintura, atraiéndola de nuevo a su pecho. Se inclinó para susurrar junto a mi oído.
—No te preocupes, bella. Estoy aquí para ti. —Me aseguró Hunter.