I
Éramos una familia grande, bastante humilde, después de todo mis padres tenían que mantener a cinco hijas, y en esa época Kiev no era una de esas ciudades donde podías ganar mucho dinero. Vivíamos en un departamento bastante pequeño, mis cuatro hermanas y yo compartíamos cuarto, como te imaginarás nuestros recursos eran muy limitados. El mundo era un lugar difícil, aún lo es, pero en esa época, siempre había amenaza de guerra, vivíamos en un temor constante.
A medida que aumentaba la batalla armamentista entre Estados Unidos y la Unión Soviética, tocaba trabajar cada vez más duro. Todas las hermanas trabajábamos, y aunque era una época complicada, éramos felices. Nuestra familia era grande, pero unida, trabajábamos entre todos para sobrevivir.
Como ya te dije Kreves tenía cuatro hermanas, pero Inha Shevchenko, tu madre era la más bella de todas. Nuestra madre decía que ella le era fiel a su nombre, puesto que Inha significa bella y ella era realmente hermosa. Sus ojos eran azules como el océano, su cabello tan n***o como el azabache, y su piel era blanca y perfecta, a tal punto que parecía ser de porcelana. Ella era una de las mujeres, si es que no la más, bella de Kiev. No obstante, a pesar de su gran belleza, eso no era lo que destacaba de ella, sino su bondad e inteligencia. Era una mujer extraordinaria.
Siempre destacó en todos los aspectos, era una de las mejores en la escuela, ayudaba a nuestra madre en todo, y aunque era la menor, era la que más nos cuidaba. Era una mujer única y todos los chicos de Kiev buscaban ganarse su corazón, pero ella no los tomaba ni en cuenta.
Al cumplir la mayoría de edad, decidió ayudar en el negocio familiar, el cual era una pequeña tienda de comestibles a la entrada del edificio en el que vivíamos. Un día mientras trabajaba en la tienda, conoció a tu padre, Andriy Lutsenko, un hombre de 27 años, alto, fornido, de ojos tan azules como los de tu madre, y cabello castaño claro. Él era un ingeniero químico que trabajaba en los proyectos de creación de nuevas plantas nucleares a lo largo de la Unión Soviética para demostrar la supremacía de esta ante el mundo. Pero eso no es lo importante, fue esa tarde en nuestra tienda cuando tu madre se enamoró, me atrevería a decir que fue amor a primera vista, un amor desenfrenado, a tal punto que después de un año de conocerse, decidieron casarse.
Por otro lado, mientras tu madre tenía su final feliz, yo me tuve que escapar con Benjamin al quedarme embarazada. Él sí es de Londres, y como sabes tenía un cargo importante en el gobierno, por lo cual pude cambiar mi identidad y vivir aquí Kreves. Lamentablemente seis meses después, perdí a mi bebé, y fue exactamente ese día que me enteré de que tu madre estaba embarazada.
Tus padres por su lado se quedaron en Kiev por un corto tiempo más, hasta que tu padre obtuvo una oferta de trabajo en la planta nuclear Vladimir Ilch Lenin. Este era uno de los proyectos más ambiciosos de la Unión Soviética, puesto que hasta esa época había muy pocos reactores, y en este caso querían construir cuatro reactores en un mismo sitio. Era un proyecto arriesgado, y se iba a necesitar mucho personal que trabajara en esta planta, por lo cual nace la ciudad de Prípiat, una ciudad donde vivían todos los trabajadores de la mejor conocida como la central nuclear de Chernóbil.
Tus padres, como muchas otras personas, llegaron a esta ciudad, que se autodenominaba la ciudad del futuro, inclusive se caracterizaban por su eslogan “Átomo Pacífico” y era vista como una ciudad segura y demostraba la gran labor e inteligencia que se había puesto para construir la central nuclear. Por supuesto, y ahora lo sabemos, que estaban completamente alejados de la realidad.
Poco después de su mudanza a Prípiat te tuvieron a ti Kreves, el 7 de marzo, y te convertiste en el primer nieto en nuestra familia, y eres la copia exacta de tu madre… al menos en lo físico. Esa ciudad te vio decir tus primeras palabras, tus primeros pasos, te vio crecer. Los tres vivían alegremente, eran la familia ideal. Tu padre ayudaba en el cuidado de los reactores, su trabajo consistía en mantener la seguridad de la planta para evitar cualquier tipo de desastre, por lo tanto, cuando cumpliste ocho años, el gobierno lo transfirió a Moscú para que sacara un doctorado en mantenimiento y seguridad de plantas nucleares. Esto era para que, en caso de cualquier fallo, exista un plan de contención y alguien que fuera capaz de llevarlo a cabo.
Tu madre y tú lo iban a seguir a Moscú, pero nuestra madre tuvo una enfermedad pulmonar muy grave. No podía seguir viviendo en Kiev y mucho menos en Moscú, así que se fue a vivir con ustedes en Prípiat, donde el clima mejoraba su condición notablemente. Fue por ese motivo por el cual ustedes se quedaron ahí, tu padre los visitaba con frecuencia, y así pasaron los años, y a medida que el empleo aumentaba, también lo hacía la ciudad. Prípiat se convirtió en un lugar pintoresco, lleno de parques, había flores por todos lados, en especial rosas, una gran piscina comunal, gran cantidad de casas y edificios, bibliotecas, un parque de diversiones, y por supuesto, los cuatro reactores que no solo generaban la luz de la ciudad también daban empleo a la mayoría de sus ciudadanos.
Durante estos años tu madre se ganó el cariño de todo el pueblo. Como te he contado, ella era una de las mujeres más bondadosas que he conocido, todo el mundo la quería, todos los vecinos se preocupaban y cuidaban de ella cuando tu padre se iba. La familia Lutsenko era particularmente conocida en Prípiat, tu madre por su bondad y calidez, y tu padre por ser el hombre que buscaba mejorar e impulsar el futuro de la energía limpia y “segura”.
Ustedes vivieron ahí hasta que tu cumpliste 13 años Kreves. Fue ese año, 1986, en el que la condición de mi madre empeoró, fue tal su deterioro que falleció tres meses después. Tras su fallecimiento tu madre tomó la decisión de trasladarse todos a Moscú, después de todo lo único que le anclaba a ese lugar era mi madre. A comienzos de ese año tu madre se comunicó conmigo para decirme que nuestra madre se encontraba muy enferma, que no viviría mucho más, por lo cual solicitaba mi regreso. Como te imaginarás en ese tiempo el Reino Unido y la Unión Soviética no eran precisamente naciones amigas, por lo que viajar hacia Prípiat no era nada fácil, pero gracias a Benjamin pudimos viajar a Ucrania para así poderme despedir.
Mi madre estaba en casa de Inha, al llegar vi que todas las hermanas estábamos en su casa. Mi padre había fallecido hace cinco años y no me lo habían logrado comunicar. A los pocos días de mi llegada mi madre falleció, y su último deseo era que sus cenizas sean esparcidas en el corazón de Moscú, ciudad que ella siempre anheló conocer. Tu madre no podía realizar ese viaje porque tenía pendientes en Prípiat, y también era muy costoso para ella, así que viajamos Benjamin y yo. La noche en la que yo iba a partir para cumplir la última voluntad de mi madre, Inha se acercó a mí y me entregó una carta dirigida a tu padre.
Me encontré con tu padre en Moscú, le entregué la carta de Inha, y fue ahí cuando él nos pidió que nos quedáramos unos días más, después de todo Inha vendría en unos días contigo y necesitaba el apoyo de alguien de su familia, así que acepté.
Nos quedamos en Moscú mientras tu padre viajaba a Prípiat para traerlos, y el 25 de abril de 1986, todos ustedes, toda la familia Lutsenko, estaban de camino hacia Moscú. Lamentablemente ocurrió el gran desastre, el accidente de Chernóbil. El accidente que el gobierno intento mantenerlo secreto a toda costa, pero les fue imposible, el daño era demasiado grande. Tu padre al enterarse buscó a antiguos compañeros, no sé cómo, pero supo que había pasado aquella madrugada y sabía el riesgo que presentaba que tú te quedaras en tierra soviética, así que decidió pedirnos un favor. Nos pidió que te llevemos a Londres como si fueras nuestro hijo.
En un comienzo nos negamos, era complicado que solo nosotros viajemos de regreso, y ahora tendríamos que hacerlo con un niño de trece años, pero tu padre insistió. Nos explicó lo grave que era el accidente y lo peligroso que sería para ti vivir en suelo soviético cuando se enteren que Andriy sabía la magnitud del accidente. Además, si te hacíamos pasar por nuestro hijo, podrías entrar con mayor facilidad a Inglaterra que si viajaras con tus padres. Para su desgracia ellos no te podrían seguir, no había manera de sacarlos, ellos debían permanecer en la Unión Soviética.
Tras arreglar todos tus papeles, gracias a las influencias de Benjamin, los tres pudimos viajar de regreso a Londres. No fue fácil el camino, y logramos pasar todas las fronteras, inmigración nos creyó que tú eras un niño que habíamos adoptado y que solo buscábamos regresar a Londres para darte una vida mejor.
Tuvimos que cambiarte el nombre para que no se sospechara de tu verdadera nacionalidad, nadie podía saber que en realidad eras ucraniano. También, a los pocos días de llegar a Londres, nos enteramos de que tu padre desapareció bajo circunstancias sospechosas. Todos sabíamos que la Unión Soviética haría lo que fuese para que no se revelara la verdadera razón por la que había ocurrido el accidente, y el impacto que este tendría a corto y largo plazo en la población.
Tu madre también sabía que su desaparición no era coincidencia, y se quedó buscándolo por toda Rusia, no llegó a más porque poco después ella también murió de causas bastante extrañas. Según lo que nos dijeron se suicidó por una sobredosis de medicamentos por la tristeza que ella sentía tras perder a tu padre. Obviamente todo era una mentira, pero nadie podía hacer nada para desenmascarar al gobierno.
Te quedaste sin la posibilidad de reencontrarte con tus padres, no había manera de que regresaras a Ucrania, y aunque lo hicieras ellos ya no estaban vivos como para poder recibirte, es más, tú correrías un gran riesgo si llegabas a poner un solo pie en territorio soviético. Benjamin y yo pensamos que lo mejor era que no recordaras esa pérdida, por lo que decidimos llevarte a una clínica psiquiátrica. En ese lugar se especializaban en una terapia para el estrés postraumático, el mismo que sentían los soldados tras regresar de una guerra, así que pensamos que sería perfecto para ti. El tratamiento consistía en borrar todos tus recuerdos hasta el momento en el que entraste en Londres, y todo se lograba por medio de sesiones de hipnosis. Claro que teníamos que encontrar un “motivo” por el cual no podías recordar nada de tu infancia o de tu adolescencia, así que decidimos engañarte con la historia de la caída.
Enserio lo lamentamos Kreves, no queríamos mentirte de una manera tan vil, y si alguna vez teníamos que revelarte estos secretos, no esperábamos que fuera de esta manera. Solo te contamos esto por este asesino… este maniático busca venganza por el pueblo de Prípiat, busca tomar la justicia por su propia mano y castigar a los causantes del accidente nuclear que mató, y tal vez siga matando, a cientos de miles de personas.
Él nos dio esta pista por medio del diario, el pueblo que se masacró hace tanto tiempo, y que se sigue masacrando, es la gente de Ucrania. Además, algo me dice que tiene algún tipo de fijación contigo Kreves… y eso, eso es lo que más me preocupa, porque seguramente esta persona te conozca de tu vida pasada, y lamentablemente, por nuestra culpa, tú no puedes recordarlo.