—¿Qué tal la noche? —preguntó Darko cuando se colocaban la ropa. Dante sonrió ante los recuerdos. Fue una noche interesante. Hizo todo lo que su cabeza pudo imaginar con ambas mujeres, y luego con Engel. La mujer continuaba dormida a su lado en la cama, cuando Darko fue por él para irse. Eran pasadas las doce del mediodía cuando Darko se cansó del sexo. Por primera vez, el primo más lujurioso, estaba agotado. Su noche con la pelirroja fue intensa. Terminaron en uno de los sofás de tres plazas, uno sobre el otro. Ella se quedó dormida sobre su pecho, marcada por todas partes. Darko obtuvo lo que quería: que la mujer fuese suya de ese momento hasta el final. Dante se colocaba el pantalón cuando Darko le contó parte de lo que hizo la noche anterior. Dante, por primera vez, sintió que esa ba