Capítulo XI XI—Tenía la seguridad de que vendría; he tenido el presentimiento todo el día; algo me lo decía. Tales fueron las palabras con que Olive Chancellor acogió a su joven visitante, dirigiéndose a ella rápidamente desde la ventana donde podía haber estado esperando su llegada. Algunas semanas más tarde le dijo a Verena cuán definido había sido ese presentimiento, y cómo le había hecho pasar el día en una agitación nerviosa tan violenta como dolorosa. Le dijo que aquellos presentimientos formaban parte de su carácter, que no sabía cómo dominarlos; mencionó, como otro ejemplo, el repentino temor que la había asaltado la noche anterior en el carruaje después de haber propuesto al señor Ransom que la acompañara a casa de la señorita Birdseye. Había sido algo tan extraño como instintiv