Capítulo XXIII-2

2792 Words

—¿No le parece que goza usted de mi simpatía desde el momento en que me subo a este coche para llevarla a su casa, a usted, una de las principales agitadoras? —preguntó Ransom con una sonrisa. —¿Se subió usted para acompañarme? —Por supuesto. No soy tan malo como la señorita Chancellor me describe. —Oh, me imagino que tendrá usted sus ideas —dijo la señorita Birdseye—. Por supuesto que los sureños tienen puntos de vista peculiares. Me imagino que se aferran a ellos más de lo que uno cree. Espero que no se aleje demasiado. Conozco bien mi ruta en Boston. —No ponga objeciones a mi presencia ni me considere demasiado ceremonioso —respondió Ransom—. Quisiera preguntarle algo. La señorita Birdseye volvió a mirarlo. —Claro, ahora lo sitúo; estuvo usted conversando con la doctora Prance. —

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