Capítulo XXI XXIBasil Ransom vivía en Nueva York en un sitio bastante retirado del centro, hacia el este de la ciudad; ocupaba dos pequeñas habitaciones miserables de un edificio ruinoso que se hallaba en la esquina de la Segunda Avenida. La misma esquina estaba ocupada por una tienda de comestibles cuya proximidad resultaba fatal para cualquier pretensión que Ransom o sus coinquilinos pudieran haber tenido sobre la distinción del lugar. La casa tenía una fachada roja y sucia, con descoloridas persianas verdes. En una de las ventanas inferiores estaba colgado un cartel manchado por las moscas, con las palabras «Pensión con comidas» formadas con letras no del todo precisas de papel coloreado, de varias tintas, y rodeadas con una banda dorada. Los dos lados de la tienda estaban protegidos p