El rápidamente me tomo de la cintura con sus enormes manos para asegurar me mientras yo lograba mantenerme bien de pie. Levanté la mirada para poder ver el rostro de mi valiente protector, levanté tanto el cuello que me dolió pero el esfuerzo valió la pena. Es verdaderamente guapo, dicen que el diablo se manifiesta en una forma bella y ver a este hombre parado enfrente mío me hace creer lo. Los rasgos de su cara son bastante finos como los de un ángel pero con un toque pícaro, odio que la poca iluminación no me deja admirar lo bien.
—Stai bene?- Dijo mientras me revisaba de arriba a abajo.
Quise decirle que no entiendo casi nada de lo que dice, pero simplemente nada salió de mi boca como si mágicamente me volviera muda.
—Mi dispiace, ma non c'e 'niente che odio di piu' di un uomo che picchia una donna.
No pude hacer más que quedarme allí enfrente suyo inmóvil sin ninguna expresión. Dió la vuelta y camino hacia una moto que se halla en una esquina sin luz, seguro pensó ”Está loca está en shock o algo mejor me voy". No sé pero verlo subirse a la moto me entristeció, observé como se puso una chaqueta negra y se colocó su casco para luego prender la moto. Solo pude suspirar haciendo me tantas fantasías en mi cabeza, hasta que una de ellas cobro vida cuando lo ví sacar un segundo casco detrás suyo señalando que me lo pusiera. No me lo pensé ni dos veces, corri hacia el y me coloque el casco lo más rápido que pude, al querer subir mi pierna para montarme a la moto mi ajustado vestido de noche me lo impidió.
—Al mierda.-Susurre mientras lo rompo con las manos.
La adrenalina me ayudo a dar el brinco que necesitaba para finalmente montarme en ella. Arranco tan fuerte que inmediatamente me agarre hasta con las uñas de su torso para no caer hacia atrás. De lo rápido que conduce brevemente entramos a la autopista dejando atrás esa terrorífica mansión, el aire fresco entraba agradablemente entre mi piel y poros como lo hace el agua. Pero entre más avanzamos el aire frío se convirtió helado y mi piel empezó a arder. Trate de distraerme viendo el poco paisaje que había, pero de igual forma el aire lastimo mis ojos obligando me a cerrarlos. Es muy difícil no pensar en soltarme y rascarme, la baja de adrenalina que me provoca el dolor solo me deja pensar en lo idiota que soy por subirme a esta estúpida moto con un maldito desconocido. Maldita sea morire en algún lugar a manos de este tipo o quedaré embarrada en la acera al caer de la moto.
—Estupida, estúpida porque soy tan ingenua.- Me repeti una y otra vez regañando me.
Estoy casi segura que salimos de la pista ya que lo único que escucho ahora
son las ráfagas de viento que se rompen a nuestro paso y el motor. Enserio no tengo ningún sentido de supervivencia, cualquiera haría lo que fuera por ver el camino para grabarlo en su mente y luego encontar el regreso a casa.
—Siamo quasi li.
Lo oí decir algo mientras bajaba la velocidad, pero da igual si no entiendo nada y su gruesa voz no me ayuda interpretar siquiera si está enojado. Que patética soy, teniendo a Jack nunca me moleste en querer aprender Italiano y ahora mi vida depende de ello. Al poco tiempo se comenzaron a escuchar voces y ruido de caros, abrí los ojos para ver qué nos encontrábamos parados en un semáforo. Me preguntó si seguiremos en Connericut, pero lo que si es seguro es que no estamos en Hartford. El semáforo pinto verde y me sentí más tranquila cuando a unas cuantas calles pasamos cerca de la Universidad y el sonido del mar se hace cada vez más presente. Genial estamos en New Haven, no todo está perdido, ahora solo debo esperar que paremos en algún lugar y escabullirme para tomar un taxi de regreso a casa.
—Siamo arrivati.
Afortunadamente a la siguiente calle nos estacionamos frente a un restaurante bar de esos que dan servicio nocturno. Me quite el casco rápidamente para poder bajar y intentar correr con la esperanza de llevarle ventaja por si piensa seguirme. Pero en cuanto el primer pie toco el piso recordé que llevo unos altos y incómodos tacones de aguja que me provocarían caer en el momento que diera un mal paso, eso pasó tan solo cuando camino que me puedo esperar si corro. Me veo obligada a pensar en otro plan. El apenas se quitó su casco, me dió un poco de risa verlo bajar de la moto si se puede decir que bajo de ella. Es todavía más alto que la moto haciéndole imposible no verse como un mono montando un pequeño triciclo. Mientras el aseguraba los cascos a la moto yo temblaba peor que cama de masajes por el frío que hace.
—Prendi la mia giacca, ti terrà al caldo.-Dijo tendiendo me su enorme chaqueta de cuero.
—Gracias.
—Non parli molto italiano vero?
—Perdon pero no hablo Italiano.
—Jajaja Jajaja.- Comenzó a reírse groseramente mientras me jalaba hacia el restaurante.
Quise poner resistencia pero ante su enorme fuerza no soy más que una hoja de papel contra el viento. Nos sentamos en una mesa con sillones pegada a la ventana. Una joven mesara se acercó a nuestra mesa tendiendo nos dos menús.
—Buenas noches me llamo Amber, desean ordenar o vuelvo en 5 para tomar su orden.-Dijo dirigiéndose hacia el tipo.
El solo miraba el menú muy detenidamente. No es que pensará pedir algo pero verla allí parada me estresa.
—Nos puedes dar tiempo por favor.
—Claro.-susurro con un tono desganado.
Al verlo tan adentrado en su menú me sentí obligada hacer lo mismo, si la comida está buena como se ve en las fotos del menú a lo mejor me animé a comer algo, afortunadamente siempre cargo un cambio de emergencias entre mi ropa y estoy que me muero de hambre, ahora que lo recuerdo no e comido desde ayer.