Trilogía Seguridad K

Capítulo 1

PDV Dane

No podía parar de rebotar en mi lugar mientras miro alejarse  a mi jefe en el hermoso trineo que surcaba las corrientes de aire con ayuda de los fantásticos renos

Ver al gran Santa Claus  o Nick como algunos le decían todavía eraalgo por lo que sentir orgullo, a pesar de que trabaja para él desde los diez, hace una década, se suponía  que el lugar de un elfo de navidad  es en el taller de Santa, armando juguetes (Y demás)  y alagando sin para la gran figura de la señora Claus recibiendo sus galletas con una sonrisa en el rostro, pero hoy era diferente, yo, Dane Pitterson tenía la tarea encomendada por El padre de la navidad para hacer una entrega especial, era el primero al que le sucedían este tipo de cosas, todavía podía recordar las miradas de envidia de mis otros compañeros elfos, no las había pasado desapercibidas pero solo pude sonreír ante tremendo honor

Ahora me encuentro en el techo de la casa de un extraño, ansioso por dejar mi entrega, observo por todo el amplio techo pero no veo ninguna posible entrada

No me lo esperaba, pero eso no me detendría de seguir adelante con mi misión, casi me caigo y quedo como panqueque en el suelo pero logro bajar de techo sin romperme algún que otro hueso, camino hacia la puerta de enfrente y espero encontrarme con una puerta con pasador pero para mi sorpresa no fue así, logré entrar sin problemas

Está bien, quien quiera que viviera ahí  se encontraba en una zona no muy poblada pero eso no significa que haya que confiarse, cualquier extraño, posiblemente hasta un asesino pervertido podría entrar y hacer de las suyas

“Qué bueno que no soy cualquier extraño” pienso y sonrió ante mi excusa por justifica mi  “allanamiento”

De hecho ni siquiera tenía la pinta de un cruel asesino serial o al menos un ladrón, con su metro 1.58 realmente no asustaría a nadie

Lo primero que  se me vino a la mente al ver el interior de la casa era la palabra  “SOLTERO”, prácticamente el interior de la casa lo gritaba, cerré la puerta detrás de mi y casi al instante soy movido por mi propia curiosidad y empiezo a divagar en silencio por la casa y me doy cuenta que el dueño de la casa no se encuentra

Supongo que eso es un punto a mi favor

Llego hasta lo que se suponía ser una sala de estar, el espacio más grande de la casa, aprecio a simple vista lo caro y hermosos que eran los muebles, la gran pantalla plana de TV en el centro de la sala y un sinfín de ventanales a su alrededor, todo es muy bonito y de cierta forma seductor pero después de posar mis ojos por cada rincón de la hermosa vivienda del soltero no encontréel símbolo navideño o algún adorno que reflejara la época más hermosa del año,mi favorita, y  eso era él árbol de navidad

Llego a la conclusión más obvia en segundos, no cabe duda de que el dueño a de ser un cascarrabias, el próximo Grinch tal vez, por supuesto para nada un amante de la navidad

Pff –Suspiro mirando hacia el techo

Tal vez no debería pero al ser un elfo navideño la navidad corre por mis venas y la emoción de la época más que en cualquier día del año me motivo a rebuscar en los armarios hasta dar con algunos adorno navideños, como esferas que en algún tiempo pasado brillaban y algunas cintas llenas de polvo pero a pesar de las escasas y poco brillantes o llamativas decoraciones tenían mucho potencial, tal vez con un poco de magia podía hacerlas brillar como una estrella en navidad

La idea no hizo más que avivar todavía más mi emoción inicial

Sin embargo, a pesar de que seguí rebuscando no encontré ningún árbol de navidad, ni siquiera una ramita chueca a la que adornar, sentía la depresión por el lugar querer hacerse conmigo, pero me negaba rotundamente a darme por vencido

Me senté en el suelo de la sala de estar con las piernas cruzadas tratando de pensar en algún plan, no pasaron ni un par de segundos cuando el foco en micabeza se encendió

Con una sonrisa de oreja a oreja me levantó y coloco la gran TV de pantalla plana en una esquina, había suficiente espacio en la sala como para reorganizarla y así lo hice sin dedicarme a pensarlo dos veces, dejando el espacio suficiente en el centro para mi plan

Mire el suelo en el centro, la emoción zumbaba en mi cuerpo, mi corazón palpitando al son de la melodía navideña en mi mente

¡Ay por favor! – Sonreí tirando de un mechon pelirrojo– Un poco de estilo navideño no le hará mal al tipo – Dije y frote mis manos juntas dejando que el polvo brillante y mágico de ellas calleara al suelo, el piso de caoba era hermoso, de eso no tenía duda, pero en mi opinión como elfo de navidad un arbolito lo era más

Del piso de madera se coló una hoja diminuta y de apoco esté se abrió dando paso a un pequeño arbolito que rápidamente empezaba a agrandarse dentro de la sala de estar dándole a esta una apariencia más pequeña para dar lugar ahora a un maduro pino que creció  tanto que parte del techo cedió y la punta salió

Bueno…Mierda –Susurre sin saber que hacer ahora y viendo el pequeño (más o menos) agujero en el techo de madera, pero mi repentina preocupación desapareció una vez más al quedar maravillado con el recién gran pino en el centro de la sala

Encogiéndome de hombro y con la emoción más presente que nunca en mi sistema decidí seguir con mi plan

Observo los “adornos” que estaban a mi lado en el suelo y deje que un poco más de magia los envolviera, dejándole una apariencia más magnifica que la que pudo a ver tenido en sus mejores tiempos. Tarareando una melodía navideña en mi cabeza empiezo el esmero trabajo de colocar espera por esfera y adorno por adorno en el árbol

Un par de horas después había un hermoso árbol navideño, maravillosamente adornado y brillando a más no poder, no hacía falta luces artificiales por mucho que tendía a sobrecargar la navidad, el árbol había             quedado esplendido, tal y como estaba no le faltaba nada más a su obra de arte y aunque hubiera querido colocar algunas luces, no las encontré en ningún lugar de la casa

Mi estómago gruño recordándome que por el estallido de alegría que había tenido en el taller de Santa había olvidado hasta mi almuerzo

Suspirando por tener que despegar la vista de mi “brillante” creación me dirigió a una totalmente  moderna cocina, último modelo quizás. Era hermosa como todo en la casa

Mi mayor debilidad es la decoración y las cosas hechas a mano, pero cuando se trataba de cocinar lo más probable es que terminará incendiando tanto la cocina como toda la casa incluyendo la obra de arte navideña

Apenas podía hervir el agua y sin embargo, se consumía más de lo debido

Me acerque a un armario buscando cualquier cosa que sea instantánea, era consiente que estaba en la casa de un extraño que ni siquiera sabía que estaba ahí pero tampoco es como si hubiera entrado a robar o destruir la aparentemente aburrida vida del dueño, no?

Encontré una caja de galletas navideñas, olían y se veían apetecibles y al probarla subía mejor de lo que pensaba, asi que tome otra

Tal vez otra más –Dije para mi mismo agarrando una más de la caja, luego mire mi mano al terminar ambas galletas, y como si hubiera alguien más en la casa mire a ambos lados, antes de tomar todas las galletas de la caja y devolver la caja vacía a su sitio, me serví  un vaso de leche del refrigerador y una vez más me dirigí a la sala de estar sonriendo y comiendo mis nuevas mejores galletas mientras gemía a cada mordisco por lo deliciosas que eran

“La señora Claus se va a morir de envidia” pienso al mismo tiempo en el que ruedo mis ojos por tan esplendido sabor

Ensimismado en las deliciosas galletas por mi mente paso el regalo que tenía que entregar, y casi atragantándome con la última galleta me levante de golpe del suelo. Empiezo a recordar que Santa no me había entregado algún regalo y él nunca se equivocaba ni olvidaba a nadie

Siempre hay una primera vez, no? –Me pregunté extrañado y al segundo la puerta de la entrada se abrió y mi corazón empezó a martilla duro en mi pecho sintiéndome preso del pánico

“Mierda! ¿Qué se supone que debo hacer?”

Sentí el repentino impulso de saltar con los brazos en alto y decir “¡Feliz Navidad! ” a quien sea el que cruzara por esa puerta

Desgraciadamente ya me imaginaba recibiendo la paliza de mi vida y un buen tiempo en la cárcel