«Ya no deseaba seguir matando para quedarme solo con su cadáver» Jeffrey Dahmer. Contra reloj los concursantes de el Buffet de Wallace cocinaban en la impecable y amplia cocina industrial que tenían a su disposición, con 14 stands de trabajo en los que las parejas podrían ocuparse sobre su propia isla de sus platillos sin tener el molesto trabajo de tropezar con sus competencias. A Polly se le ocurrió de la nada hacer costillas tiernas asadas-obviamente con las de la niña- y unos rollings de carne molida envueltos en las regordetas mejillas de la mujer a quien Jean David se encargó personalmente de recortar. Él estaba maravillado con las capas de piel y se decía que si tan sólo tuviese más tiempo para jugar seguramente aquella mujer sería un banquete para su imaginación, gozaría haciendo