-- Giuseppe te presento a mis hijos Josephina y Marcelo-- me dice Jensen y me levanto para darle la mano al niño y me acerco, tomo la mano de su hija y le doy un beso en ella. Siento un pequeño temblor en la mano de Josephina y después de haberla besado subo la mirada hacia su rostro y ella esta totalmente sonrojada. En ese momento me doy cuenta que estoy reteniendo mi respiración y no entiendo porque. La hija de Jensen es muy hermosa, tiene unos ojos verdes que hacen que uno se pierda en ellos. La miro, la miro y no puedo dejar de hacerlo, al escuchar la voz del mayordomo avisando que la cena esta lista vuelvo a reaccionar y con una sonrisa sigo a mis anfitriones al comedor. La mesa es bastante grande, si no me equivoco al contar entrar ocho sillas en cada lado y dos en cada cabecera, a