Llegaron a una casa, bastante familiar para Silvio.
— ¿Qué hacemos aquí?
—Parece que reconoces bien el sitio.
—Como olvidarlo.
—Entonces si quieres tu dinero, iras hacia allá y darás la cara.
—Déjate de ridículo, no pienso hacer eso.
—Pues hay un detalle, ellos tienen el dinero guardado, ni yo sé donde esta.
— ¿Para qué hiciste eso?
Carlos no siguió diciendo nada más, Silvio se bajó del auto y se dirigió hacia la entrada. Antes que Silvio pudiera golpear la puerta, esta se abrió.
—Miren quien se dignó en dar la cara —dijo Paul.
—Paul, por favor, sé que las cosas terminaron mal entre nosotros, pero vengo porque mi vida está en riesgo.
—Entonces vienes por tus intereses, no porque quieras pedir disculpa por todo lo que nos hiciste pasar.
Un bebe empieza a llorar y a lo lejos algu
