Paré en una gasolinera, para que Jimin vomitara todo y poder limpiar un poco mi coche. Literalmente eran las tres de la madrugada, Toby estaba totalmente frito en la parte trasera y Lea estaba entretenida lanzandome piropos un tanto atrevidos. No se lo tomó en cuenta, porque está borracha y al parecer es común que cuando se emborracha empieza a decirme piropos. Lo peor es que me encanta. Me encanta escucharlos de su boca. Se podría decir que hasta me atraen y seducen. Me encargué de llevar a Jimin a su casa y dejé a Toby también en la de este. Le envié un mensaje por el teléfono de Toby a su madre, para decirle que se había quedado en casa de su amigo y que mañana volvería a casa. Después me dio miedo llevar a Lea a su casa, porque sabía que su hermano me mataría de nuevo. Pero desp