Estaba nervioso, era la primera vez que ambos estábamos sobrios. Antes de iniciar nada, me levanté a cerrar la puerta con seguro. No quiero más interrupciones. Volví a la cama, donde la chica me esperaba aún confusa por mi atrevimiento y entusiasmo por lo que se avecinaba. Antes de acomodarme de nuevo sobre ella, rebusque un preservativo en el primer cajón de mi mesita de noche. Con el ya en mano, volví a acomodarme sobre la chica. Empecé a besarla de forma fugaz, lo ansiaba tanto, que me era difícil controlarme. Lea me gustaba… en realidad, gustar era poco. Adoraba todo de ella. Es ridículo, porque no creo en el amor y esas chorradas. Pero es cierto que siento más que atracción por ella. Desabotone la camisa de la chica a una velocidad inhumana. Iba demasiado acelerado en todo, ta