El mismo día Atlanta Aron Todas las personas repetimos mentiras, pueden ser muy pequeñas e inocentes pues no hacen daño a nadie, cómo, llegué tarde por el tráfico, esta deliciosa la cena, pero existen otras que te pueden perjudicar, incluso arruinar tu vida por no ser sincero, al punto de no saber cómo terminaste enredado en tus propios engaños, entonces te cuestionas, ¿Cómo acabé aquí? ¿Por qué me compliqué tanto la vida? Pues hubiera sido más fácil hablar con la verdad, aunque en mi caso no podía confesarle a Gabriela que tenía deudas de juego, porque nadie quiere enredarse la vida con un apostador, no soy un tipo que inspire confianza, además debo sumarle que estaba siendo amenazado de muerte, como tal decidí improvisar repitiéndole una mentira blanca sobre el uso que le daría al di