Justo como había mencionado Alexander, la Cueva Real era un lugar el cual ningún líder, rey o jefe del mundo sobrenatural tenía acceso. Aquel lugar era exclusivo para la realeza británica y, por supuesto, para la familia Wolfsbone ya que después de todo, ese lugar les perteneció primero a ellos. Tal como había explicado anteriormente, solo la corona británica conocía la existencia del mundo sobrenatural, ya que se suponía que debían rendir cuentas a los lobos desde tiempos antiguos hasta la actualidad. Alexander había visitado aquel lugar en varias ocasiones, por lo que Thomas conocía el camino mejor que nadie. Así que, en el momento en que los dejó frente a una imponente iglesia de estilo gótico, situada en un área alejada de la ciudad de Londres, el rubio descendió del carruaje, tomando