Isabella observó con sorpresa la forma en que la ex sirvienta le hablaba, pero a pesar de querer rebatir, decidió contenerse y optó por guardar silencio al respecto. Ella no era una rubia tonta, en ese punto de su vida comprendía claramente su posición actual, y en ese instante, Emily ostentaba un estatus superior en todos los aspectos. El señor Wolfsbone era el rey de los lobos y, como su esposa, Emily era la reina. Con resignación, asintió con la cabeza y miró seriamente a Thomas, dirigiéndose a él:
—Seguiré sus tradiciones y órdenes, reina... Emily.
Los ojos de Emily se abrieron de par en par, era la primera vez que alguien la llamaba reina desde que contrajo matrimonio con Alexander, quien, con una sonrisa, comentó:
—Me encanta que aceptes la posición actual de mi esposa, señorita F
