En medio de la revelación de los secretos más profundos, una sensación de complicidad y conexión emocional se apoderó de Elena y Campbell. A medida que sus palabras fluían, sus miradas se encontraban, creando un lazo invisible entre ellos. Aunque su pasión desenfrenada había consumido sus sentidos por un momento, ahora se encontraban en un estado de calma. Elena se dio cuenta de lo cerca que estaba de Campbell en ese instante, sus cuerpos seguían entrelazados, ella tenía las piernas descansando sobre las de él, y la proximidad entre ellos era tal que fácilmente podían fundirse en otro apasionado beso e ir más allá. A pesar de que el deseo ardía en el pecho de Elena, aún se sentía sorprendida por la manera en que estas confesiones se habían desarrollado con tanta rapidez, especialmente co