Preguntas Directas

1249 Words

No pudo acabar la frase, se secaba la cara con manos temblorosas. Hipaba, babeaba. Estaba al borde del colapso. Sentía pena por ella, y sin embargo ni me planteé detenerme. Era tarde para eso. —No tengo nada que perdonarte —dije finalmente mientras le secaba las lágrimas con los pulgares—. Eres igual que tu padrastro, mi pequeña pervertida. —Continué limpiándole la saliva situando mis dedos tan cerca de su boca que seguro que pensó que iba a metérselos—. Tú tendrías que perdonarme a mí. ¿Recuerdas cuando te saqué el tapón, que te pregunté si se te había quedado alguna otra cosa dentro? Estaba paralizada, pobre. La vi confundida con su cara entre mis manos. Había dejado de llorar aunque seguía teniendo la piel húmeda. —Quería llegar más lejos —confesé apretando suavemente sus tiernas mej

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD