Una noche estando sola en casa y cansada de mirar siempre la misma porquería en la televisión, decidí encender mi ordenador y navegar un rato. Tenia una amiga que siempre me contaba sobre salas de Chat a las que entraba y en las cuales conocía muchachos con los cuales tenia sexo virtual. Nunca había intentado nada de eso, pero… como no tenía nada que hacer, decidí entrar en una y ver que tal iba la cosa. Apenas ingrese, un muchacho me saludo de una manera tan peculiar que llamo mi atención, intercambiamos Messenger y antes de darme cuenta estábamos hablando muy cordialmente. Resulto ser un joven de unos treinta y tres años, ingeniero y que por lo visto, sabia mucho de mujeres, o eso aparentaba, a medida que pasaban las horas me fui poniendo muy caliente con la conversación, pero mi compa