Esta es una historia muy pero que muy real, me da igual que la crean o no, estoy tan excitado que me ha dado la gana de contarla. Me ocurrió durante una de esas tardes que cualquier persona suele quedarse a solas en casa y se encuentra en cierto estado de excitación. Estaba navegando por los distintos sitios que nos permite el acceso a internet, y en un momento de aburrimiento, como los muchos que podemos tener cualquier persona de cualquier sexo, me dio por entrar en un chat, a ver qué se cocía por esos sitios, en los que no entraba desde hacía muchísimo tiempo. Accediendo a las distintas salas, me encuentro con muchísimas de muchísimos estilos, nombres realmente dispares, tanto sutiles como muy muy vulgares, algunos de ellos lo eran tanto que hasta yo mismo me prohibía la entrada, aun