-Quien te mirara… Bajo esa bata- dijo con voz suave- Sin duda diría que eres una mujer que ha experimentado mucho en la vida. No pude evitar reír un poco. -Y quien lo piense sin duda se equivoca- aseguré de pronto sintiéndome nerviosa- Mi… Vida no se ha dedicado mucho a mí, realmente. -¿Ah no?- preguntó- Sé lo que es eso, vivir para complacer a otros- suspiró- Nada bonito. -Exacto- afirmé y las puertas se abrieron. Caminé delante de él pero sólo tres pasos, al girarme apartó sus ojos con lentitud de mi trasero. Sentí mis mejillas calentarse y bajé la mirada hasta que llegó a mi lado. -Vamos, no te sientas mal- dijo sonando divertido. Caminé con paso acelerado sin muchas ganas que la gente por ahí me viera- Que no sé qué es más bonito, si tu culo de gato o esos tomates por mejillas qu