Acelerada llegué a s*x Toy, por fin, luego de un inmenso rato caminando pensando que me había perdido y con el Jesús en la boca. -¿Y a ti qué te pasó?- preguntó Maggie, la recepcionista. -Oh… Di una caminata- expliqué con la voz agitada- Fui a… Despejar la mente. Ella bufó. -Si yo tuviera tu trabajo lo único que haría es sonreír y ser feliz- aseguró y no alargué la conversación porque realmente anhelaba un vaso de agua templada. -Aquí estás- Giu me saludó besando mi mejilla. La amistad había continuado regular, para mi sorpresa, ambas hicimos como que si nada pasó y desde esa vez no había vuelto a ver a Didier por lo que nada fuera de sitio había ocurrido de nuevo- ¿Fuiste a hacer el envío? -Sí, Dios…- saboreé el agua con hielo cerrando los ojos- Hice el envío y también me caí en la