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1850 Words

Tuvo que darle crédito a Mark. Cuando quería usar su encanto, podía hacerlo muy bien. La tía Carmen y la tía Ruth se rieron y creyeron cada palabra de el, fueron conquistadas. No es que ella estuviera realmente sorprendida, ciertamente había encantado a varias chicas en su vida. Era natural que dos mujeres en sus sesenta no fueran inmunes. Ni siquiera una maldita mujer de treinta años lo era. ¿Por qué tenía que ser tan lindo? ¿No podría permanecer el estereotipo del atleta que recordaba? No era en absoluto como en la secundaria. Peor aún, no encajaba con la imagen que tenía de él, ya no sabía qué pensar.  No podía negar que le gustaba mucho. ¡Que el cielo la ayude! Sin embargo, encontró absurda la idea de que estuviera interesado en ella. El hombre podría tener todas las mujeres que qu

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