CAPÍTULO DIECISEIS
Scarlet entró al estrecho kayak que se mecía mientras Sage lo mantenía firme. Él se subió y luego empujó la embarcación lejos de la costa.
Navegaron sin motor, suavemente, hacia las fuertes mareas del río Hudson.
En el horizonte, la luna enorme iluminaba el agua, y la noche era increíblemente hermosa. El único sonido que se escuchaba era el murmullo de las olas contra el barco.
Scarlet se echó hacia atrás en el barco y cerró los ojos mientras el agua la mecía suavemente; Sage remaba el kayak, alternando las manos. Respiró el aire fresco y húmedo de octubre que venía del río y, por primera vez en mucho tiempo, se sintió completamente a gusto en el mundo.
Abrió los ojos y miró hacia arriba y vio una galaxia llena de estrellas. Era la noche más mágica que jamás había
