—Esto es un poco vergonzoso —murmuró Casper cuando Aiden tomó la servilleta y limpió los restos de comida en su mentón. —¿Por qué? —preguntó, dejando la servilleta a un lado para retomar la cuchara. —Soy un hombre adulto —musitó con su pecosa nariz arrugada—. Además, no se supone que deberías de estar haciendo esto por mí, eres un... Alfa —susurró. —La única excusa que te aceptaré a medias, es que eres un adulto —anunció Aiden, empujando otra cucharada de pasta a su boca—. Por lo demás, no. Que sea un alfa no significa que no deba de cuidar a otra persona. —Pero... Ese es el trabajo de un omega —protestó débilmente. —Es un trabajo que pueden hacer tanto alfas, como omegas o betas —corrigió Aiden, dándole más comida—. Pronto aprenderás aquello, no todos los alfas somos igual de idiotas