Mordisqueando y maltratando su labio inferior, Casper se paseaba por la pequeña sala de estar, caminando de derecha a izquierda mientras esperaba a que Aiden volviera. Y mientras esperaba, su cabeza no hacía más que llenarlo con horribles escenarios de todas las cosas que podrían salir mal en su plan de escape. El omega ni siquiera habría sabido que tenía tanta imaginación en su cabeza hasta ese momento, y lamentablemente, le estaba jugando en contra al presentarle horribles escenarios de lo que podría suceder en cuanto pusiera un pie fuera del departamento, uno tras otro, tras otro... —¡Ay! —se quejó el joven omega cuando su canilla chocó con un borde de la pequeña mesa de centro, haciéndole perder el equilibrio con ello. Y si no fuera porque el sofá largo se le cruzó en su camino, Ca