Alfa vs Omega.

1953 Words
Megalix toma de la barra, la bandeja de tragos con algunas botellas premium que le ha dado Ramsés, Meg sabe que su amiga Karla es muy traviesa y sólo esta molestándola, Meg tiene un año trabajando en el casino, por recomendación de una ex compañera de su universidad, sólo tuvo que pasar una pruebas para obtener el empleo, y aunque no lo necesita para comer, aceptó trabajar para independizarse de a poco con su propio esfuerzo, y comprarse lo que ella quisiera sin tener que molestar a su hermanastro, además de ser una forma de escape, pues estar encerrada en el taller no era algo que le agradaba, ella ayudaba en el taller aveces, pero eso no la hace sentir como una chica, por lo menos en el casino conocía personas, había hecho más amigos y conocidos culturas nuevas, ella estudió en la universidad virtual ingeniería mecatrónica e inglés. Aunque algunas veces, ella se topaba con hombres impertinentes en el trabajo, le agrada que el casino siempre defiende a sus empleados, son muy estrictos en que se les tocara sin su consentimiento, no se permite el acoso de ningún tipo. La pequeña omega atraviesa el salón de juegos donde están las mesas de póker centrales y el área de las máquinas tragamonedas, ella se dirige a un pasillo que la lleva hasta la habitación vip del casino. Decorado con una gran alfombra roja traída desde Persia, un enorme candelabro en el techo, posicionado en el centro le da un aire de glamour, con una luz tenue y algunos muebles tapizados con piel de leopardo, serpiente y de oso, denotan un aire misterioso decorando los rincones. Una gran mesa de póker en el centro es el escenario de los magnates, empresarios y jeques o sus descendientes, que se dan cita para apostar millones y millones de dólares, solo por placer, solo aquellos famosos o reconocidos millonarios se dan cita cada noche, pero esa noche en particular el salón vip principal con vista a todo el casino, está reservado por Andrés, el hijo del dueño del casino que había estado estudiando una maestría fuera del país, esa noche era su cumpleaños número 25, y lo acompañaban cuatro de sus amigos. Andrés es reconocido más por la riqueza de su padre, que por merito propio, y aunque sus amigos son hijos de personas poderosas, todo el que le rodea es mas por beneficio que por cariño genuino. Megalix entra por la puerta de empleados al salón Vip y se encuentra con Lara la bartender experta, encargada del área Vip, iba a ver porque el pedido no le había llegado. —Hola, buenas tardes Lara —la saluda Meg. — ¿Por qué tardaron tanto Meg?— le reclama desde que la ve— A Ramsés le dije que me enviara eso rápido él mismo, si fue pedido por el Sr. Routterman. No podemos cometer ningún error.—le dice Lara una mujer de pelo rubio y delgada figura de 30 años. —Si, aquí te mandó Ramsés los tragos de bienvenida que le quedan, hay muchos clientes en el bar principal tal vez por eso él decidió enviarme a mí, los demás están muy ocupados, sólo Karla y yo llegamos temprano, somos del turno de las 3 de la tarde—le aclara Meg. —Bien... ya no importa, ayudame, que seguro a Logan no me lo van a mandar hasta que no lleguen los demás. —Pero en la distribución estoy en el rango 1, 2 y 3—le dice—no estoy vestida adecuadamente, nunca he atendido a los Vip. —No te preocupes llamaré a Ramsés, para que sepa que estarás conmigo, ahí detrás hay uniforme si quieres cambiarte, date rápido, no quiero hacerlos esperar tanto, me pidieron un show de Bartman—le aclara mientras pone en hielo unas champañas y toma los tragos de bienvenida, Lara le pasa un cajón de botellas vacías para que Meg las lleve atrás y de paso qué se cambiara. Meg deja la caja de botellas en un rincon y ve en una percha un vestido dorado con lentejuelas corto y sin mangas. Se lo pone rápido y sale. El vestido le queda fabuloso, ese le resalta las nalgas, las piernas y el busto —Wao te queda mejor que a muchas camareras que atienden el vip, estás despampanante, toma para que las lleve a dónde están los jóvenes, ya les di el trago de bienvenida, solo sonríe se te da bien, además si le caes bien te pueden dar miles de dólares de propina, sólo por servirle las bebidas. Así que no te quejes porque la única que saldrá ganando eres tú—le dice Lara. —Bien, ya entendi—le dice Meg. —¡Ya están aquí las bebidas, disculpen la tardanza!— les dice Lara con una gran sonrisa fingida al acercarse en donde estaban sentados todos. Andrés iba a tomarse otro sorbo de su trago de bienvenida cuando ve llegar detrás de Lara a una chica hermosa en el vestido dorado que acostumbran usar las camareras vip, piensa que se ve hermosa, nunca antes la había visto, pero en ese momento lo cautivó. —Gracias Lara, eres un amor— le dice Dimar a la bartender. —¿Y esa niña es nueva? nunca la había visto, es muy hermosa, imagino que es Omega por sus ojos verdes— comenta Wallas. —Joven Wallas, Ella es Megalix tiene un año trabajando aquí, pero en el área general, nunca había servido al área vip, ella es Omega efectivamente—le dice Lara al chico de pelo rojo —¿Le sirvo hielo con su bebida joven Wallas? —le dice Meg. Andrés ve lo delicadas y pequeñas que tiene sus manos, mira sus ojos de color verdes y piensan que se ven hermosos con ese lunar en el rabillo del ojo, también puede ver algunos salteados al rededor de su cuello, ve lo perfecta que es, y por un segundo codicia verla sin ropa. —Si por favor dos hielo—responde Wallas. —Ella es muy buena en lo que hace.—le dice Lara—ella me estará dando apoyo, asi que si necesitan cualquier cosa solo nos lo dicen. —Ya veo, deberías traerla más a menudo, es muy agradable a la vista, imagino que si está aquí es por que ha calificado y ya va a servir a los clientes Vip de ahora en adelante. —Si… ella es muy inteligente y capaz, estará en esta area de ahora en adelante, si hace un buen trabajo hoy— le responde Lara. —¡Siéntate a charlar y a beber con nosotros, este aguafiestas no quiso llamar a ninguna chica para celebrar su cumpleaños jejeje!— le anima Scott. Lara sólo se queda mirando a Megalix, sabe que es una solicitud que esta fuera de su alcance y teme que meta la pata con esos mocosos hijos de papi y mami. Andrés que solo observa en silencio mientras toma de la copa que le ha servido Lara, sabe que cualquier chica no perdería la oportunidad de acercarse y ganar algunos favores de ellos, y subir de nivel, pero Megalix sólo sonríe mientras mira a Lara sin saber que responder. —No nos permiten a las camareras tener ese tipo de acercamiento, me disculpo —responde Meg finalmente mientras está descorchando un vino. —Que mal, pensé que Andrés es el único aguafiestas —se queja Wallas. —Ya déjenla en paz, sólo está haciendo su trabajo.—habla finalmente Andrés, mientras toma nuevamente de su vaso. —Si quieren puedo llamar a algunas chicas que si están autorizadas a acompañarlos, para que los deleiten y los complazcan en todo lo que gusten también son buenas jugadoras en la mesa y así les de suerte cuando empiecen a jugar póker. —¡Ves Lara si nos conoce y quiere que nos divirtamos! ¡Dale Andres no seas amargado es tu cumpleaños! Ya olvídate de Corina no vale la pena, si no vino ya no va a venir, no entiendo por qué la soportas—le dice Hilario. —Ella eligió irse de vacaciones a Corea sin ti sabiendo que tu cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina. ¡Ya diviértete, hombre!— le dice Dimar a su amigo. —¡Ya cállense! si quieren traer mujeres háganlo, solo déjenme fuera, no estoy de buen humor les dice Andrés . Andres solo mira de arriba a bajo a Megalix, una joven muy hermosa, ojos verdes, unos labios perfectos de color rodados, con largas y delgadas piernas, unas manos pequeñas, uñas delicadas, pies pequeños, rostro delgado y bien perfilada además con el pelo n***o que cae en los hombros, Megalix parece una muñeca con ese uniforme, no le quita los ojos de encima. Lara llamó por teléfono y a los cinco minutos, llegaron cuatro chicas para alegrar aún mas el ambiente. Rebeca, Graciela, Kenia y Faride son damas de compañías autorizadas a hacer lo que quieran para hacer felices a los clientes exclusivos del casino. —¡Hola a mis amores! ¡Ya llegamos, ahora sí empieza la diversión!— dice en voz alta Faride. Lara comienza con su show de bartman sorprendiendo a todos los presentes. Los hombres pasaron luego a la mesa para apostar como siempre lo hacían acompañados con las mujeres, pero está vez Andrés decide quedarse rezagado en el sofá de piel de oso, deleitado en su bebida y disfrutando cada movimiento de Meg. Megalix está de pie detrás de la barra pendiente de los clientes por si se les termina su bebida, servirles. Nota la mirada en ella de Andrés, ella le sostiene la mirada por unos segundos hasta que Lara la interrumpe y pide que le corte unos limones y consiga más hojas de menta. —¡Que hermosas mujeres jajaja nadie me sacara de aquí! Si no lo veo no lo creo —dice Hilario disfrutando de su acompañante. Pasaron horas y ya a Megalix le dolían los pies, ve que se acerca a la barra Graciela solo para molestarla. —¡Valla, valla ya estás escalando de camarera de piso a camarera vip! jijiji, me pregunto con quién te acostaste para llegar tan alto—le dice Graciela Megalix las conoce bastante bien a esas cuatro, pues son de las chicas que les quieren hacerle la vida imposible dentro del casino, envidiosas por su belleza, y porque a leguas Meg huele a virgen. —¡Por favor ya basta! No me molestes, déjame trabajar tranquila—le dice Meg sin dejar de preparar más tragos. —¡Qué decepcionante eres, por más que trabajes no ganarás más que nosotras!—le dice orgullosa mientras toma el vaso con la bebida y lo deja derramar a propósito sobre la barra—¡Oh....se me resbaló el vaso! debes lavarlo mejor Megalix,¿Por qué me das un vaso sucio?—se burla. —No estaba sucio, sólo disfrutas acosándome, si tan insegura te sientes con tu apariencia ve a operarte, tal vez así te quedes conforme—la enfrenta Meg. —¡Maldita camarera!¿Como te atreves?—le grita. Aquellas palabras hicieron enojar a Graciela, tanto así que toma otro vaso lleno de caipiriña dispuesta a mojar a Meg con el líquido mientras le daba la espalda. En ese momento Graciela siente, como una fuerte mano le ha agarrado la muñeca, evitando que mojara a Meg. —¿Qué crees que haces?—pregunta Andrés con una voz imponente, notablemente enojado por la actitud de la dama de compañía en contra de la chica que él le ha tirado el ojo.
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