—Familia, buenas noches —Orestes llamó la atención de su madre y el resto de los que estaban en la sala de estar de su casa.
A su derecha prendada de su brazo estaba Peyton, y a la izquierda, Hannah. Ambas tenían la misma tranquilidad con la que todos, a excepción de Jimena, las recordaban.
—Mi amor —Obelix saludó a Hannah abriendo los brazos en una manifestación de emoción de verla.
Contrario a la reacción de su abuela, Hannah tímidamente se mantuvo agarrada de la mano de Orestes, lo que era algo inusitado en la relación padre e hija, ya que en el pasado antes de que Peython y Saanvi aparecieran en la vida de ellos, él nunca quiso volver a tener contacto directo con Hannah, no del físico. Dudosa Hannah tensó su pequeña mano, y Orestes apretó la de ella en señal de que debía mantenerse
