Al abordar un automóvil que a Peyton le pareció que era de alquiler porque Orestes le señaló ingresar a los asientos posteriores y luego tomó asiento a su lado, mientras que al frente del volante estaba un hombre que los saludó y luego adoptó la actitud del que no estaba allí, puso en marcha el auto y ella para disimular la incomodidad tan grande que tenía simuló poner su atención en el tráfico donde el chofer se internó para llevarlos al lugar que Orestes terminó confirmándose luego de que este le consultó.
—Todo ha sido tan rápido que no he tenido de darte algunos detalles importantes —dijo Orestes, llamando la atención de Peyton.
Lentamente ella giró el rostro para mostrarle que estaba atenta. Él la miró por espacio de unos segundos en silencio, miró al frente y luego volvió a verla.
